Belén se acerca a Danilo, que se encontraba hablando con un agente.—¿Tú eres la hija de Hilda? —Pregunta el hombre, esa mujer es la fallecida que se encontraba tapada a unos centímetros.
—Si... ¿Por qué?
—Bueno... — Sánchez los observa, triste. —Tu madre ha fallecido.
La rubia se queda totalmente paralizada, no sabía que hacer, dónde meterse. Si acaso eso que le estaban contando era real.
—¿Tienes algún familiar al que podamos llamar?
—Si, mi tía. — A continuación procede a darle el número de su pariente más cercana.
Después de unas horas, llamaron a la tía de la chica, la mujer no se podía hacer cargo de ella, porque tenía más hijos y vivía fuera de la ciudad, pero le daría un dinero todos los meses para ella, y le pagaría todos los meses la casa. También acordaron de que le haría una llamada una vez en semana para lo que fuese.
Belén no era para nada una mala chica, ni irresponsable, solo se dejaba influenciar muy fácilmente, pero Danilo estaba allí para ayudarla.
Cuando Aguirre recapacitó en todo lo que había pasado, comenzó a llorar, como nunca lo había hecho. Últimamente sus días era una mierda, solo le pasaban cosas malas, como se el universo quisiera que ella recayera de nuevo.
Otra vez en ese mundo oscuro de las drogas, tan joven para vivirlo, pero a la vez tan madura como para saber lo malo que era.
Mientras que seguía sollozando, el uruguayo la intenta consolar como puede, ya que el no sabía muy bien que hacer en estos casos. Aunque ya eran muy recurrentes.
—Che, es que siento que nada está mejorando, Dan. — La de ojos claros se seca las lágrimas.
Haciendo referencia a sus tempranas recaídas, que lo único que desea es volver a ellas.
—No digas eso, todo va a mejorar, créeme.
Ambos se dirigen a la casa de Belén, a ayudarla a organizarse, porque a partir de ese momento tendría que vivir sola.
El chirriante sonido de la puerta abriéndose lentamente los invade por completo, un momento triste, la energía en el aire era muy tensa.
Pero también dulce, ya que su amor se notaba a kilómetros, solo se tenían a ellos mismos, para cuidarse mutuamente.
Se sientan en el cómodo sofá, —sos muy fuerte, ¿sabes? Te amo. —Dice Danilo, dándole un beso en la frente a la rubia, expresándole que en todo momento la apoyaría.
—Mañana regreso a clases, ya se acaba mi expulsión. —Confiesa, de una manera tristona, como si de verdad no quisiera ver a sus compañeras y compañeros.
—¡Qué bueno, che! Pero... vos no querés regresar, y te entiendo, pero yo voy a estar acá para todo.
—Ya, lo sé pero... — Comienza de nuevo a llorar, —nose que hacer, se van a seguir riendo de mí, ya estoy harta, nose si quiero seguir, sola.
—No digas eso, no estás sola, vas a estar conmigo... No puedo verte así... — Le agarra la mano en un intento desesperante de consolarla.
—Mira, yo te amo, como nunca he amado a nadie en toda mi vida, y te quiero decir una cosa muy importante para mi.
—Verás, yo no tengo madre, se fue de mi casa cuando yo todavía era muy pequeño, y mi padre, bueno, bebe mucho.
Aguirre se tapa la boca, impactada por lo que el chico le estaba contando, confesando. Algo que de verdad no se esperaba para nada.
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Memorias
FanfictionBelén, la chica perfecta, Antonella, una terrible forra. Danilo se embarca en una aventura, la verdad nada fácil, y cuanto más tiempo pasa en ella, más "memorias" le atormentan. FANFIC - illomeryy