CAPITULO 8: NUEVO DESPERTAR

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Los dos, cara a cara. El reloj marcaba las 4 am.

Ambos sentían unas cosquillas incontrolables, sus rostros cada vez más juntos.

Un extraño sol aturde los ojos del chico.

Eso solo había sido un sueño. Se sienta rápidamente en la cama, estaba en la casa de Belen, en su cuarto, en su cama.

Recuerda perfectamente lo que le pasó ayer, lo que a ambos les ocurrió.

Mira al costado, donde supuestamente ella se encontraba. No estaba.

Danilo se pone en pie rápidamente,

—¡Belén! —Grita repetidas veces, desesperado.

El chico revisa en cada esquina de esa fría casa, no estaba en ningún lado. Sale corriendo de la casa, un temblor le recorre el cuerpo, le helaba pensar que podía estar en la azotea.

Sánchez corre, como nunca había corrido nunca. Sube varios escalones, hasta la última planta, la azotea. Estaba amaneciendo, y antes de despertarse la notó moverse, no debía estar muy lejos.

Abre la metálica puerta, oxidada, y roja.

Ella se encontraba justo en aquel borde. De espaldas al chico. Sus punteras estaban completamente en el vacío que se escondía bajo esos 5 pisos.

—Dios mío Belén, ¿qué haces? —. La chica no responde.

Danilo se acerca corriendo y la agarra de la mano,

—¿Cómo se te ocurre? — Un silencio los invade completamente, al ver que ella tenía la cara llena de moratones.

Sus padres llegaron antes de que ellos se despertasen, y le dieron una paliza. Ambos se volvieron a ir en cuanto terminaron.

Él la lleva fuera del precipicio, del peligro.

El hermoso brillo de sus ojos azules, habían desaparecido al igual que su radiante sonrisa, ahora se encontraba completamente muerta, muerta pero su corazón seguía latiendo.

Los dos bajan las escaleras, Danilo estaba en completo shock, él de verdad quería ayudarla, con todas sus ganas, pero tampoco tenía una buena casa, ni una familia.

—Y bueno, ¿qué pasó? — Aunque ya se lo podía imaginar, quería que esas palabras saliesen de su boca.

—Llegaron, como a las 3 y 30. —Dice con una voz cortante, como si justo después fuese a llorar.

—Yo los noté y salí del cuarto, para que no te viesen.

—Pero justo después me dicen <<¡Qué hacés a estas horas despierta!>>.

—Y después. — Justo se tapa los ojos, avergonzada, y comienza a llorar.

Danilo en verdad si sabía por lo que ella estaba pasando, después del abandono de su madre, su padre comenzó a beber como un loco, y, las pocas veces que él se encontraba en la casa, si estaba despierto, le pegaba.

Entre frustración, y dolor, el chico la mira a la cara. Ella lo nota así que deja de tapársela.

En un arrebato de comprensión, y muchas emociones fuertes juntas, se acercan, cada vez más, y en silencio.

—No puedo, lo siento. — Sánchez no lo entendía, ¿acaso no se gustaban?

—No me siento bien. —Termina de decir.

Belén lo piensa mejor, "si hago lo que él quiere, después él hará cualquier cosa por mi". Su manipuladora mente se abrió riendas sueltas, aprovechándose de un pobre chico que solo intenta ayudar a la chica que le gusta.

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