Romeo y Julieta | Danilo Sanchez / Matias Recalt

19. ¿El de uruguay o el uruguayo?

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Dos meses después

Dos meses habían pasado, Dos meses en el que Danilo no le dirijia la palabra ni a Tevez ni a Julieta.

Julieta se sentía vacía, sola, extraba muchísimo al uruguayo, a pesar de esa promesa, de las veces que le habia mentido o la había cagado con ella Julieta seguía amando al uruguayo como el primer dia.

Julieta caminaba sola hacia la escuela, pues Carlos entrenaba con Boca y Clara no iba a su misma escuela, solo se tenía a ella misma.

La persona que más extrañaba al uruguayo era Romi, su mamá, que todos los días le preguntaba por si lo había visto o algo.

Llego a su banco y saludo a Bautista.

—Hola Bauti— saludo algo fría, como siempre lo hacía desde que Danilo no era Danilo, ella ya no tenía el brillo que tenía antes.

—Juli no sosporto más verte asi— hablo Bauti —Enserio, no quiero verte sufrir—.

—No puedo evitarlo Bauti— dijo triste mientras agachaba la cabeza.

—Ey Ju, Danilo te ama, solo quiere lo mejor para vos, deberías empezar a pensar en vos y buscar a alguien que si te de lo que mereces..— Bauti puso una de sus manos en la pierna de la chica y ella solo lo miro.

—¿Me estas diciendo que el ya esta en otra no?—.

—No dije eso Ju, solo que, necesitas olvidarlo— dijo y el maestro entró el curso para iniciar con las clases.

Julieta intentaba distraer su mente pero no podía, a cada rato se venía a su cabeza Danilo.

Las clases acabaron y Julieta se quedó en su banco, pensando, Bauti la miro y suspiro.

—Veni, vamos— dijo el de Uruguay.

—¿Adonde?— preguntó ella.

—A mi casa, así te distraes—.

—No hace falta Bauti— contesto ella.

—Si hace falta, vamos Ju— insistió el.

—Enserió no hace falta—.

—Julieta, te voy a llevar de los pelos— advirtió el y ella río un poco.

—Bueno esta bien— finalmente accedió y siguio al chico.

Pasearon por las calles del Fuerte unas 5 o 6 cuadras hasta la casa de Bautista, una casa tapada de humedad pero con un patio bastante lindo y un ambiente familiar.

Bautista hizo pasar a Julieta.

—Bau!!!— una niña pequeña rubia, de ojos verdes corrió hasta su amigo cuando lo vio.

—Hola mi vida— Bautista la alzo y la abrazo con todas sus fuerzas —Te presento a Juli— señaló a la colorada.

—Holaa— ella le sonrio y saludo con la mano.

—Holaa— la niña le devolvió el saludo con una sonrisa de oreja a oreja.

Bauti dejo a la niña en el piso, Julieta y el empezaron a adentrarse más en la casa donde se respiraba un olor a comida, riquísimo.

—Holaa ma— saludo Bautista.

—Holaa mi amor— la que era su madre le dio un tierno beso en la mejilla mientras revolvía en una olla una salsa.

—Ella es Juli, mi amiga—.

—Holaa Juli, es un placer— la madre del chico le sonrio.

—Un gusto señora— Julieta le devolvio la sonrisa.