Romeo y Julieta | Danilo Sanchez / Matias Recalt

11. Ahora si, un beso y listo

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A Julieta se le caía la cara de vergüenza, debía ir al colegio y cruzarse con el uruguayo después de haberle dejado marcada la mano.

Desayuno lo que pudo, su madre no estaba, salió de casa con algo de terror, cada paso que daba era inseguro y lento, sabía que en cualquier momento podría cruzarselo.

Salió del edificio para respirar el aire acogedor del Fuerte. Paso por donde normalmente se cruza a sus amigos.

—Colo!— llamo alguien y ella reconoció la voz al segundo, su amigo Carlos. Tomó aire y volteo con miedo y si, allí estaba el, junto a Carlos.

—Hola Carlos— saludo cuando ambos llegaron hasta ella. Danilo solo agacho la cabeza sin decir ni una palabra.

—¿Vamos al colegio?— preguntó Carlos y Julieta asentio. Miro una última vez a Danilo y se acomodo al costado de Carlos para caminar los 3 juntos hasta el colegio.

Nadie dijo ni una palabra del tema, ni Danilo ni Julieta, Carlos hablaba hasta por los codos pero sin mencionar los sucesos de ayer.

El camino hasta el colegio llegó a su fin y Danilo camino hasta su salon con Julieta por detrás. Se sentó en su banco sin decir ni una palabra.

—¿Que onda Bauti?— saludo ella al pelinegro que tenia al lado.

—¿Todo bien y vos Juli?— saludo El.

El profesor de matemáticas no tardo en llegar. Julieta y Bauti se pasaron hablando toda la mañana sin callarse ni un minuto. Danilo a pesar de todo no podía quitarle la vista a la chica y no podía soportar verla reír con Bautista.

—Profe!— Danilo levantó la mano.

—¿Si Danilo?—.

—Mis compañeros están hablando mucho, ¿será que le puede decir que se callen?, no me puedo concentrar— hablo refiriendose a la pelirroja y al pelinegro.

Julieta fruncio el ceño—¿Cual es tu problema?—.

—Mi problema es que no me puedo concentrar— el le dirijio la palabra por primera vez en el día.

—Bueno ya esta, basta, hagan silencio todos— ordenó el profesor.

Julieta miró una última vez a Danilo y volvió la vista al frente, por unos minutos le vino un deja vu de cuando ellos peleaban todos los días y los profesores estaban artos.

Julieta no paro de pensar en el uruguayo en toda la mañana, sabía que debia pedirle perdón. Agarro un papel chiquito y con la lapicera que el le dio anoto.

Uruguayo, tenemos que hablar después de clases.

Lo doblo una vez y se lo dejo en la mesa a Danilo. El observo el papel y lo agarro, lo desenvolvió y leyó, luego volvio la vista a su profesor.

—Profe, mi compañera me esta mandando cartas y eso esta prohibido— dijo el y Julieta lo miro.

—Julieta, ¿eso es cierto?— el profesor la miro.

—Profe.. no..— contesto pero Danilo señaló el papel en su mano.

El profesor negó con la cabeza, ya repetidas veces había dicho que las cartas estaban prohibidas —Ve a direccion Julieta—.

—Pero profe— ella intento cuestionar pero el profe la interrumpió.

—A dirección—.

Ella bufo enojada, miro mal al uruguayo una última vez y se levantó para salir del salón.