capítulo 03

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—Los declaro marido y mujer – dijo el ministro dando su bendición – puede besar a la novia. 

Eso era todo, ahora Draco también estaba casado. ¿acaso así acabaría todo? En esos cuatro años siempre especuló que tendría una oportunidad, en cambio ahora que Draco también era tomado en matrimonio, ese pensamiento en su mente se borraba. El destino podría ser muy extraño e impredecible.

—¡Que empiece la fiesta! – gritó Draco. Astoria también gritó y abrazó a su ahora esposo para volverlo a besar. Harry no conocía a este nuevo Draco, pero enserio que quería hacerlo.

Tal y como dijo Draco, la fiesta comenzó, la música cambió al igual que el ambiente. Astoria no se despegaba en ningún momento de su esposo, lo que enloquecía a Harry. El ardor en su garganta no era por gritar de la emoción como los demás invitados, no, sino que era por la cantidad de wiski de fuego que consumía. No comprendía la cantidad de suerte que le perseguía, primero tenía un hijo con la hermana de su mejor amigo, que si bien no fue deseado amaba como un loco, segundo, el hombre que amo toda su vida se fue del país dejándolo solo cuando supo que se casaría, en vez de impedir la boda, tercero y cereza del pastel, ese mismo hombre se casaba con alguien más, años después, con una mujer hermosa.

Se levanto de su lugar y camino al baño del primer piso, se tambaleaba un poco, pero no era nada, estaría bien. O al menos eso esperaba. Ríe inconscientemente al llegar, se lava la cara y bota el resto de wiski que contenía su vaso, se endereza y respira hondo, está seguro que al salir de esa mansión no volverá a tener una oportunidad como esa en la vida. No podía culpar a Draco por casarse o por no impedir su boda hace cuatro años, desdé un inicio le dijo que no quería que ese niño creciera con padres separados y aunque Harry insistió que podrían cuidarlo juntos, sabía que Draco se alejaría. ¿era doloroso? Sí, aun soñaba con tenerlo en brazos nuevamente después de hacer el amor.

¿Amaba a Ginny? No. ¿ella lo sabía? Sí. ¿él amaba a Draco? Sí. ¿Draco lo amaba? No lo sabía.

Solo tenía que responder a esa pregunta y ese era el día, antes de que Draco se fuera a su luna de miel, necesitaba saber.

Corrió desesperado al salón del baile, la gente festejando sin parar, busco a la pareja decidido a separarlos para tener una respuesta, para su suerte, Astoria bailaba con un hombre mayor, seguro su padre, sonrió de forma maliciosa en busca de Draco esperando que estuviera solo, por fortuna suya, así era, estaba solo en la mesa de bocaditos.

—¡oh! ...Harry – sonrió enérgico. Lo que levanto el humor del nombrado – te estuve buscando

El tono tierno con el que habló engatuso a Harry sin querer.

—Genial... yo también – los ojos de Draco iluminaban más que la luna esa noche – tú y yo necesitamos hablar.

Harry toma la mano del mayor para arrastrarlo fuera del salón de fiesta, Draco, quien solo miraba las manos entrelazadas sonreía y se sonrojaba como un tonto, aunque nadie reparara en ellos. De un empujón Harry lo acorralo dentro de una oficina del primer piso.

—De ... de que quieres hablar – el pequeño tartamudeo de Draco le encantaba a Harry, le hacía sentir poderoso, le decía que tenía todo el control en la situación y eso le encantaba. Los ojos conectados derrochaban lujuria y ambos lo sabían.

—Tengo una duda... - fue solo un susurro, más que necesario por la cercanía. la respiración de Draco comenzó a ser más pesada.

—Pu...puedes preguntar ...lo que... que quieras.

Harry levantó el mentón de Draco para acariciarlo, y este último cerró los ojos al apreciar el tacto suave. Recordaba las manos ásperas de Harry por las ampollas que había tenido al jugar quidditch, pero ahora no tocaba una escoba desde hace años, por lo que se volvieron más lisas. Draco esperaba ser cuestionado, sin embargo, en vez de eso, sintió unos labios encima de los suyos, su cuerpo se inmovilizo al principio, aunque al reaccionar, intentó quitarse ese sentimiento, empujando a Harry, pero no tuvo que usar tanta fuerza, ya que simplemente se alejó.

—No es necesario inquirirte nada, ya me contestaste.

Draco no entendía, ¿Qué es lo que sucedió? Harry coge la perilla y un sentimiento de abandono resalto en su corazón nuevamente, el día de cuando ese mismo hombre salió de su habitación en Hogwarts, luego de confesarle su infidelidad llegó a su mente.

—Una vez... – hablo suave y fríamente. Harry se detuvo y volteó, logrando así interceptar su mirada. – una vez cruzaste una puerta y me rompiste en mil pedazos, ¿ahora quieres hacer lo mismo?

—Solo quiero saber si me olvidaste... ¿ya no me amas?

—¿Qué te importa? Te recuerdo que estas felizmente casado.

—¿ese beso no te dijo nada? – Draco no contesto – te amo más cada día, te extraño.

—¿y porque la embarazaste? – la pregunta se escapó de sus labios con tono doloroso, ojos llorosos y los puños apretados.

Harry no tenía respuesta, por lo que siguió con lo que hacía, abrir la puerta y marcharse de ese lugar, sin embargo, Draco fue más rápido y tranqueo la puerta. Los ojos llorosos le veían estupefactos. Con sumo cuidado y valentía cogió el rostro de Harry y le beso. Este último lo acerco de la cintura y profundizo más el beso.

Sus partes privadas se rozaban sin querer, aumentando la calentura en la habitación, no sabe en qué momento habían quedado en medio de la habitación discutiendo, Harry empujó a Draco hacia una pared, donde le levanto una pierna para envolverlo a su cintura y así apegarlo más, los besos se volvieron húmedos y calientes. Draco bajo las manos al cuello y luego al pecho donde comienza abrir los botones del saco negro, Harry comienza a bajar los besos al cuello blanco, donde cambia de técnica, ahora muerde y chupa.

—No dejes marca – le pide Draco entre jadeos. Harry siente un cosquilleo nuevamente en su vientre a la voz rozar en su oído, excitándolo más. Comenzando con las embestidas simuladas, rozando aún más sus partes privadas.

Segundos pasan convirtiéndose en minutos, ambos disfrutan de la compañía del otro una vez más, sus cuerpos logran complementarse nuevamente luego de cuatro años, extrañándose.

—Si necesitas algo, cualquier cosa, estoy aquí, cuando me requieras, búscame, ven a mí, úsame ¿si Dragón? – pedía a suplicas Harry, Draco sonreía sentado en las piernas del nombrado, conmovido. – Estoy aquí solo para ti.

Draco no pudo aguantar las ganas de volver a besarle, de demostrarle nuevamente cuanto lo amaba y de cuanto lo ha extrañado. Las manos de Harry recorrían sus piernas desnudas, apretando y acariciando, el calor nuevamente volvía a subir. Sin embargo un toque en la puerta les saco de su ensoñación, haciéndole parar los besos que compartían con devoción.

—¡Draco! ¿estás ahí? – gritaban – ¡hijo, es hora de que Astoria y tú se vayan!

Draco suspiro bajando la cabeza, se levantó de mala gana y comenzó a buscar su ropa que estaba regada en el piso del lugar junto a la ropa de Harry.

—No voy a mentir....probablemente no sepas de mí en un tiempo – Harry sonrió con pesar – pero eso no quiere decir que te olvidé o que te odio. Mírame ahora – se señaló y rio al acercarse y besarle. – luego de cuatro años, aun sigo amándote.

Draco salió por la puerta, desapareciendo entre el gentío, ni siquiera tuvo el valor de acercarse y verle irse. Al menos ese momento permanecería para siempre en su mente, palpo sus labios y se permitió llorar al aparecerse en su casa, por suerte estaba solo en su habitación. Ginny aun no llegaba y para ser sincero no sabría si lo haría. Siempre se enojaba, pero esa noche estaba feliz de que no lo hiciera. Esa noche se permitiría sufrir y lamentarse por sus decisiones, más al siguiente día haría como si nada hubiera pasado e iría a recoger a su hijo donde Molly e intentaría ser feliz.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora