Capítulo siete: Una inesperada visita

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Asher entra al departamento con diversas bolsas en las manos, entre ellas se encuentra el desayuno y productos de limpieza. Luego llega a la habitación para dejar las bolsas en la mesa. 

Se da cuenta de que Melissa aún sigue dormida. Él tranquilamente se sienta a su lado, entre el silencio contempla el hermoso rostro de Melissa. Él sonríe al recordar la romántica cita que tuvieron hace unos días 

De pronto, Melissa despierta y sonríe al ser Asher lo primero que ve por la mañana.

—Buenos días, hermosa señorita —dice Asher con dulzura en sus palabras.

—Buenos días, lindo guardaespaldas.

Ella acaricia su suave cabello rojo.

—Tengo una sorpresa para ti, pero necesito que primero cierres los ojos —dice Asher con entusiasmo.

Melissa se sienta en la orilla de la cama y cubre sus ojos con ambas manos. Asher coloca una bolsa dorada en su regazo. 

—Ya puedes mirar, preciosa —indica con una sonrisa en el rostro.

—¡Wow!

Melissa abre la bolsa y de ella saca un hermoso vestido blanco, con cuello V, adornado con un bello encaje en las hombreras.

—¡Me encanta! —Por un instante lo mira a los ojos con inmensa felicidad—. En serio, gracias...

—¡Revisa al fondo de la bolsa, hay algo más!

Asher se derrite al verla buscar dentro de la bolsa con gran emoción.

Explora el fondo hasta sacar unas preciosas zapatillas plateadas que combinan con su nuevo vestido.

—¡Asher, están increíbles!

Melissa se acerca a él, toma su cuello y le da un cariñoso beso, con el que pretende transmitir la gratitud y el amor que siente por él.

Asher percibe la inmensa energía magnética que invade las profundidades de su alma.

—Me gustas...  —Dice Melissa con un semblante serio, ella toma todas las fuerzas que le quedan para recibir la respuesta a su confesión.

—Melissa... —Toma el suave rostro de la mujer con sus manos—. Soy tuyo...

El corazón de Melissa late con fuerza al escuchar aquellas palabras. Asher se acerca a sus labios, dándole un apasionado beso que corresponden a todos los sentimientos que ella siente por él.

Melissa toma el cuello de su camisa, cae lentamente de espaldas a la cama, haciéndole una invitación al dulce pecado.

Asher se mantiene encima de ella, contemplando sus ruborizadas mejillas y al mismo tiempo escuchando su respiración agitada.

Ella arde en pasión por él, por lo que desabrocha su camisa, hasta sentir la suave piel del torso que desea encender.

Entre besos desenfrenados, Asher comienza a arder en pasión descomunal. 

Ella retira su playera con desesperación, como si la ropa le asfixiara, como si su piel suplicara el toque de Asher.

De pronto suena el celular. En un principio lo ignoran para continuar con sus deseos carnales, pero tras escuchar el tercer tono de llamada, Asher se levanta, respira profundo y toma su teléfono. 

—¿Quién habla? —Se queda en silencio unos segundos y después mira a Melissa. 

—Es Carol, te busca —dice Asher mientras le extiende la mano para darle su celular. 

Melissa contempla con deseo el exquisito abdomen marcado de Asher.

 —¿Qué sucede, Carol? —dice un tanto distraída.

Mi Dulce Ángel Guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora