Melissa y Sara llegan a la entrada del hospital. Al cruzar las puertas de cristal, se aproximan rápidamente a la recepcionista.
—¡Busco al paciente Asher Lowell! —El rostro de Melissa expresa la preocupación que se desborda en su interior.
—Permítame, señorita —La recepcionista busca el nombre en su computadora —. ¿Hoy fue ingresado al hospital, cierto?
—¡Así es!
Observa el reloj colgado en la pared que marca las 11:05 pm, las manecillas del reloj se mueven lentamente, este sonido lástima sus oídos. Melissa aprieta sus nudillos y muerde sus labios para contener su angustia. De pronto la recepcionista la mira a los ojos, sacándola de su malestar.
—Asher Lowell ingresó a las 9 pm, al parecer en estos momentos se encuentra en el área de Urgencias —La mujer acomoda los lentes de su rostro—. Sí, gusta pasar a la sala de espera. El doctor más tarde les dará el informe.
—¿Señorita, en dónde se encuentra la sala de espera? —pregunta Sara amablemente.
Luego de recibir indicaciones, las mujeres se dirigen apresuradamente al lugar.Dylan permanece sentado en una de las bancas metálicas, bebiendo de un vaso de café con leche, mientras Zaiden toma unas galletas de la máquina expendedora, la cual se sitúa a lado de las bancas.
—¡Dylan! —exclama Melissa. Al llegar a la sala de espera, los dos hombres la miran al mismo tiempo.
El rubio hace a un lado su bebida y se levanta inmediatamente de su asiento. Melissa corre a los brazos de Dylan y se refugia en ellos.
—¿Qué ocurrió? —Ella lo mira al borde de las lágrimas.
Dylan duda en decirle la verdad, en consecuencia el silencio se prolonga.
Zaiden se acerca a Melissa. —Lo que pasó fue que...
Dylan lo mira a los ojos y con un gesto le indica que no lo haga, por ello Zaiden cambia de idioma.
—¡Amor, ella merece saber la verdad!
—¡No lo va a soportar! —El temor que siente el hombre es evidente.
—¡Aun así tiene que saberlo! —Su semblante serio sorprende al rubio—. ¡Siempre es mejor decir la verdad, por más dolorosa que sea!
—¡Zaiden dime qué fue lo que pasó! —La mujer tiene una mirada de súplica sobre él.
—Yo le digo... —Dylan le indica a su novio, por ende el pelinegro solo asiente.
Dylan deja de hablar en Alemán, aprieta sus puños y toma el valor para enfrentar con la verdad a su amiga de la infancia.
—Meli, dame tu mano.
La mujer toma la mano de Dylan y lo mira directamente a los ojos, esperando el golpe letal.
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Mi Dulce Ángel Guardián
Roman d'amourMelissa una joven millonaria que tras tres intentos de suicidio, su madre contrata a un joven guardaespaldas con el fin de proteger su vida. Lo que no saben es que su verdadera identidad es la de un ángel guardián, el cual tiene una misión con respe...