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—Holaaa venadito— Lucifer se encontraba la llamada y estaba nervioso, era algo fácil de notar. Había traído a su hija al trabajo o más bien a su castillo donde Charlie había crecido, pero surgió un problema por lo que no le quedó de otra que llamar a Alastor, bueno, primero llamó a Vaggie para que le pase el celular a Alastor ya que el demonio no parecía tener uno.

—¿Qué se te ofrece? — habló después de un rato de ver el aparato de forma extraña además por como lo llamaba Lucifer

—Mira, surgió algo y ...

—¿Charlie está bien? — el rey no pudo evitar sentirse conmovido al igual que una cálida sensación en su pecho surgió al escuchar la preocupación en la voz del demonio radio, aclaró su garganta y continuó.

—Si, Charlie está bien, pero algo surgió y me necesitan en el círculo de la lujuria y por obvias razones no puedo llevar a un niño conmigo...

—Claro que no, es algo que me esperaría de Angel Dust

—Si ... y quería saber si puedes pasar por Charlie... — concluyó Lucifer esperando que Alastor aceptara, no podía pedirle a alguien más este favor, por lo que entendía Vaggie tenía asuntos que resolver en el hotel, estresada con el papeleo y no imaginaba hablando con el cantinero o con el actor para que pasen por su hija.

—Claro, estaré ahí pronto

Dentro de media hora Alastor llegó al castillo de Lucifer y fue recibido por un diablito que imagino que era el mayordomo, lo acompañó en silencio mientras era escoltado al despacho de Lucifer, el demonio radio observaba la decoración, algo tétrica, con toques morados y grandes detalles como candelabros y pinturas familiares que adornaban las paredes.

Había mucha historia en el castillo, vio retratos de Charlie de muy pequeña, cuando perdió un diente, cuando iba a clases, penosas fotos de cumpleaños, una etapa en donde Charlie extrañamente cargaba un mechón negro en medio de su cara con un rostro serio y triste, también logró ver que la chica había tenido una desdichada elección de pareja durante su corta vida, todos eran horribles si se atreve a decir Alastor, al menos Vaggie es alguien linda que se preocupa por ella y la protege.

Cuando pareció terminar con el pasillo casi interminable de fotos de Charlie lo siguieron fotos familiares que Alastor vio con detenimiento, por alguna razón eso le ocasiona una sensación rara en él. Cuando Alastor vio la entrevista de Charlie, hacía meses atrás, pensó que todo esto podría servir como forma de entretenimiento, su nuevo proyecto le iba a dar horas de diversión al ver a pecadores tratar de cambiar su naturaleza y fallar en el proceso, sin embargo, el hotel se convirtió más que un proyecto, se podría decir que es lo más parecido que ha tenido en un hogar desde que llegó al infierno y Charlie era lo más cercano a una hija de lo que hubiese imaginado. Se había encariñado demasiado con la situación y ahora le dolía ver esas imágenes en las paredes. Suspiró y siguió adelante. Cuando estuvo en la puerta de la oficina de Lucifer, este abrió la puerta antes que tocase.

Lucifer vio hacía arriba donde se encontró con el rostro sonriente de Alastor, por alguna razón su sonrisa no le parecía del todo genuina, pero decidió no preguntar. El rubio se hizo a un lado para hacer pasar al demonio a su oficina.

—¿Dónde está Charlie? — Alastor miró el lugar y notó un sin número de patos amarillos en algunas partes de la oficina, pateo uno que se cruzó en su camino.

—Está en su antigua habitación, le dije que vendrías y está recogiendo unas cosas que quiere enseñarte— la pequeña seguramente estaba eligiendo juguetes y peluches que quería llevar al hotel, además de unos cuentos que Lilith solía leerle cuando iba a la cama, el rey suspiro pensando que eran momentos que no regresarían a su vida.

—Charlie puede llegar a ser adorable sin quisiera intentarlo— dijo Alastor, Lucifer caminó de vuelta a su escritorio y se sentó para ver los papeles que estaba revisando minutos atrás

—Lo sé, siempre ha sido alguien alegre dispuesta a ayudar a los demás. Cuando paso por su etapa emo me preocupe

—¿Etapa qué? — la confusión de Alastor le pareció divertida al rey, su hija le había comentado hace tiempo atrás que el demonio desconocía varias cosas y términos actuales por lo que hoy confirmo eso— veo que tienes mucho trabajo, no te importaría si echo un vistazo, ¿verdad?

Bueno eso también sabia del demonio, no respetaba el espacio personal de los demás así que cuando se acercó demasiado, prácticamente sentándose encima suyo trato de no decir algún comentario o más bien no pensar en nada.

—Claro, como gustes — dijo con un esfuerzo fallido de sonar tranquilo

—Es increíble, nunca pensé tener en mis manos papeles tan importantes, prácticamente tienes todo sobre los nueve círculos del infierno, hay peticiones que debes aprobar o denegar, cosas por revisar todo es tan interesante.

—Claro como digas

Padre si me estás escuchando por favor quítamelo de encima.

—Oh y mira esto, supongo que estos son documentos mucho más importantes — Alastor estaba fascinado y se movía interesado por todo lo que estaba viendo, tener en sus manos eso era prácticamente tener conocimiento de cómo funcionaban las cosas, en otras palabras, poder... claro en forma de papeles aburridos.

piensa en patos piensa en patos

—Pa —una rubia cabellera se asomó por la puerta, Charlie arrastraba por el piso su maleta y tenía varios peluches en su otra mano. Alastor se levantó y fue a ayudar a la pequeña con sus cosas, Lucifer recobró la compostura.

—Creo que es momento de irnos —ya con las cosas en orden ya no tenían da más que hacer en el lugar

—Claro — el rubio se arrodillo para darle un beso a su hija en la mejilla, la pequeña sonrió con su peluche de pato en sus brazos y luego le devolvió el beso a su padre —bueno princesita los veré más tarde en casa.

Lo que no contaban los dos hombres es que la niña agarró la pierna de su padre y luego dio golpecitos a la pierna de Alastor, queriendo decirle algo a su papá, este la miró confundida pues no entendía lo que quería.

—¿Qué sucede manzanita? — Charlie fue cargada en brazos e hizo señas a su padre que sigue sin entender, ya cansada, la pequeña le dio un beso a su padre y luego señaló al demonio radio

¿Acaso su hija le estaba pidiendo que se despida de Alastor con un beso?

—Eso no es necesario, cariño ya hay que irnos a casa— palabras de Alastor salieron acompañados de una sonrisa. El demonio de rojo miró a la pequeña y la agarró en brazos, fue ese instante que sintió los labios de lucifer en su rostro, pero se su cabeza se movió un poco por lo que el beso fue a dar en la comisura de los labios de Alastor.

Cuando se separaron lo suficiente, ambos se miraron sorprendidos por lo que acababa de suceder, Alastor estaba confundido, su corazón latía fuerte y Lucifer no pensó que estaría cerca de besar los labios de Alastor, fue por puro impulso lo que hizo, pero no le molestaría volverlo a hacer. La risa de Charlie se escuchó por todo el cuarto, le resultó divertido las caras de los dos, ella le gustaba cuando ambos la cuidaban ya que se la hacía feliz.

—Adiós su majestad — Lucifer seguía pasmado viendo a los dos irse juntos por el largo pasillo, podía escuchar a Alastor preguntarle a su hija si le gustaría pintar con Nittfy o pasar por el parque.





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no lo habia dicho antes pero me gusta q comenten :3

¡Devuelve a mi hija! ; appleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora