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"Terrible servicio de limpieza, cuando estaba tranquila en mi habitación apareció una cíclope en mi habitación abriendo mis maletas buscando bichos tendré que quejarme"

"Esa mocosa me intento morder, la próxima vez la patearé"

"Nooo, Val, enserio, este lugar es horrible es mejor que te ahorres el viaje en venir aquí"

—¿Y en este lugar no nos darán de comer?

A Alastor empezaba a temblarle el ojo, ya no puede más, lo admite, no puede aguantar sus ganas de agarrar el cuello de Velvett y Vox y estrangularlos al mismo tiempo. Desde que han llegado lo único que hacen es quejarse, Velvett iba donde Vaggie para dar sus reclamos a la chica que contaba hasta el número 10 para no explotar y lanzarse sobre la soberana ruidosa. Alastor se compadece de su compañera de trabajo ya que a cada momento podía escuchar cómo una queja más soltaba y era muy seguro que el resto del hotel estaba al tanto por lo ruidosa y fuerte de su voz.. El otro soberano, Vox, era quien recurre a él.

—Ten esto y tragatelo— Alastor se gira para ver como Lucifer está a un lado del soberano de la televisión, le ha dado un plato que podría describir como desperdicios y carne que aún parecía moverse.

Bueno, Lucifer ha estado poniendo a Vox a raya, las veces que lo atrapaba molestando tenía que intervenir para separarlo de él y gracias a eso no ha comenzado una matanza en el hotel, aun.

—No tengo hambre, es asqueroso— dice levantándose de su asiento, limpia sus ropas y se va del comedor cruzando la puerta. Nadie puede ver como el soberano se queja, tener a Lucifer saliendo de la nada está jodiendo las oportunidades que tiene para molestar al demonio de rojo. Sonríe falsamente a Husk y a Angel que se encuentran juntos, el chico molestaba al gato jugando con sus bigotes, todo eso en la estancia mientras hablaban de cosas que no tiene interés en lo más mínimo.

—Él se lo pierde, esto está delicioso—Lucifer toma un poco de la comida que había preparado para luego escupirla— ugh cómo es posible esto.

—Su majestad, debe admitir que lo único decente que sabe cocinar son los panqueques— Alastor se sienta a un lado del rey, Charlie cruza la puerta del comedor para ver a los dos hombres juntos en el lugar. Sonríe cuando los ve, había pasado viendo televisión con Angel y no los había visto en toda la tarde.

—Ma...— la chica hace señas y agarra el saco del demonio de rojo para que la alce en sus brazos, Alastor lo hace y la sienta en la mesa para que pueda participar en la conversación.

—Charlie últimamente me llama así, pero me debes decir "Al"— dice el demonio acentuando lo último, pero la niña sigue diciendo "Ma" varias veces como rehusandose a decir el nombre de Alastor— no te rías Lucifer

El rey del infierno no puede contener la risa al ver lo serio que toma el demonio todo el asunto del nombre, toma a su hija en brazos y habla seriamente con ella

—¿Manzanita como se llama él?— la niña se divierte y sigue dando la misma respuesta, su padre la abraza fuertemente sin lastimarla y luego miran al demonio que se muestra "enojado", pero ambos sabían que no era así, era difícil que Alastor se enojase con la pequeña, primero podría redimirse antes que ser cruel con ella.Si había un problema intentaba hablarlo con Charlie

—Ugh— se quejó la chica viendo la comida que estaba a un lado suyo

—Es cierto Charlie, Lucifer no sabe cocinar tan bien como yo— dice orgulloso a lo que Charlie suelta una carcajada, era cierto, Alastor cocinaba los mejores platillos y no solo a ella le gustaban, no que también a su padre que se sentaba primero en la mesa en espera de la comida.

La pequeña vio a un lado y se encontró con un plato de comida muy extraño, agarra un puñado de la comida que alerta a ambos.

Alastor se lleva el plato mientras que el rubio saca un pañuelo y limpia la mano de su pequeña hija, bien, admite que eso pudo ser tóxico para la salud de cualquier ser viviente.

—¡Lu-fer!—dice la pequeña Charlie viendo a su padre limpiarle la mano

—No no manzanita, soy papá—vuelve a poner a su hija sobre la mesa

—Lu-fer— Alastor no le vio el problema, la pequeña estaba empezando a repetir nombres y a inventarse otros al intentar hablar.

—Alastor esto es terrible, mi hija no me quiere decir papá—el rey intentaba que su hija repitiese la palabra "pa" o "papá" o "papi" que tanto le explicaba.

—Un problema real te pido, Lucifer— dijo medio serio, pero en realidad ya se estaba acostumbrando a esos dramas que hacía el rey que en ocasiones le resultaban divertidas.

—Lu-fer!

—¡Ajá! está aprendiendo de ti, tu siempre me dices majestad o Lucifer— miraron a la pequeña niña que quería bajarse de la mesa por lo que la dejaron en el suelo.

—¿Y qué quieres que haga? ¿que te llame papi?— ambos se quedaron en silencio, pero el rey no tardó en que su rostro se ilumine ante la brillante idea que le acaba de dar el demonio

—¡Dime papi!— Alastor negó rotundamente, sentía que su rostro ardía y se reía de manera nerviosa, quería pensar en todo menos eso. Charlie seguía jugando con una muñeca que había encontrado en los asientos que no escuchaba lo que sucedían ambos.

—No, no, no, sería muy raro — Alastor trató de ocultar su rostro del rey, este sujeto sus manos para ver sus ojos y convencerlo de su gran idea

—Oh vamos, no lo es a menos que tengas la mente sucia como para pensar ...— cuando logró encontrarse con el rostro del demonio este estaba en un tono rojo encendido — demonio sucio, que es lo que estás pensando

—¡No pienso nada! Es solo que Angel me ha metido ideas en la cabeza y ya no puedo escuchar esa palabra igual — trata de excusarse torpemente.

—Mira, si lo dices, puede que se haga menos raro, así te acostumbras y ves que no tiene nada de malo la palabra— es estupido pero en ese momento tuvo sentido para el demonio de rojo

— Eh...

—Dilo...

—Pa...papi — ahora fue el turno de que el rostro de Lucifer agarrase un color amarillo por como esas palabras habian salido tan bajas y tan...

¿CÓMO ES QUE EL DEMONIO PODÍA HACER ESA CARA?

Se veía tan tierno, inocente y asustado, todo en un mismo rostro que le provocó un pequeño problema en sus pantalones.

—¡Majestad!—y ese problema había sido descubierto, maldición.

Alastor se soltó del agarre que los mantenía juntos y fue donde estaba la pequeña Charlie para agarrarla entre sus brazos y salir con ella de ese lugar.

—Bien eso no esperaba que sucediera.

hehe

¡Devuelve a mi hija! ; appleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora