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La mañana llegó, Lucifer se dio vuelta para despertar a su hija, pero para su sorpresa ella no se encontraba ahí. Parpadeo una, dos, hasta tres veces cuando cayó en cuenta que no tenía a Charlie a su lado. Se levantó rápido y miró en toda su cama, quitando las almohadas por si su hija no se encontraba debajo de una de ellas, al final no encontró nada. Pensando lo peor, rogó que su hija no se hubiese caído al suelo durante la noche.

No estaba tampoco en el suelo, tampoco estaba debajo de la cama, eso hizo soltar el aire que tenía en sus pulmones, suspirando de alivio.

Su vista fue a la puerta que se encontraba entreabierta, tomó su bata y salió corriendo en busca de su hija. Si era sincero, no sabía por dónde empezar. Simplemente caminó de forma apresurada esperando ver a su hija cerca. Trato de pensar con claridad, que haría su hija saliendo del cuarto sin avisarle, tal vez tenía sed, querría jugar con Vaggie o...

¡Claro! Charlie iría a buscar a Alastor.

Imaginó que su pequeña le sorprendió no ver al demonio radio a su lado esa mañana, lo más probable era encontrarla ahí, por lo que se dirigió a la habitación de Alastor con la esperanza que Charlie estuviera ahí.

Tocó la puerta, un golpe casi silencioso, tomó unos minutos para que la puerta se abriera y dejara ver a un Alastor bostezando, sus ojos entreabiertos que lo miraban en trance, apenas y estaba despierto. El demonio radio abrió más la puerta y dejó ver a Lucifer que la niña se encontraba bien dormida en la cama de Alastor, la cama del demonio no era grande como la de él, por lo que dormía tranquila alado de la pared, abrazada a una almohada y con uno de sus dedos en su boca como si fuese un chupete.

—Llegó asustada — a pesar del tono bajo de Alastor se podía leer que estaba enojado, se cruzó de brazos a Lucifer como si le estuviera reclamando algo, en parte era así. — déjala dormir aquí, no quiero que vuelva a escaparse y que vague por el hotel.

—Pero tiene su habitación, no podemos-

—Silencio, quiero dormir— dijo el venado mientras se metía en su cálida cama y arropaba a Charlie a su lado, miró a Lucifer que seguía parado en medio de su habitación sin saber que hacer— puedes dormir en el suelo.

El rey suspiró cansado, robó una almohada de la cama de Alastor y se acostó sobre la alfombra. Alastor se asomó por el filo de su cama para ver a Lucifer, esto no pasó desapercibido para el rey pues pudo ver de reojo las grandes orejas de Alastor asomarse. El rey optó por girarse, darle la espalda y dormir un poco hasta que Charlie se despierte.

No pasó más de 30 minutos que la pequeña se empezó a mover en la cama, ya con energía y con ganas de comer. Movió al demonio a su lado para que también se levantase, Alastor solo se sentó en la cama y bostezo.

—Mira quién está ahí — la pequeña miró al suelo donde estaba su padre profundamente dormido, Charlie se aferró a Alastor y no quiso mirar a su papá—¿no quieres despertarlo? —la pequeña negó con la cabeza, pero Alastor no paso la oportunidad de tirarle una almohada para llamar la atención del rey. Lucifer saltó asustado y se terminó de despertar.

—¡que!... ay manzanita buenos días, ¿cómo dormiste? —se acercó a su hija, sentándose en la cama haciendo a Alastor a un lado. Lo que obtuvo de la pequeña fue que abrazó al demonio de la radio y giró su cara para no verlo— ¿charchar?

—Creo que no quiere hablar contigo ahora— Alastor se levantó con la niña en brazos y le dio palmadas en la cabeza a Lucifer tras ver cómo los rasgos rojos de sus mejillas palidecen y su rostro tomaba un semblante asustado— tranquilo

—Mi hija me odia— Lucifer se sentía terrible, ni el dolor de ser desterrado del cielo y abandonado por los demás causó tanto dolor en su corazón como el hecho de saber que su hija lo estaba ignorando deliberadamente. El desayuno fue difícil, la pequeña siguió comiendo y jugando con los demás que se le acercaban, que eran Vaggie y Angel Dust, sin darle importancia lo que decía su padre de comprar dulces o salir de paseo.

Era evidente que sucedía así que los demás intentaron abogar por Lucifer, pero la niña no quería dar su brazo a torcer a lo que tenían que decir.

—Si, si, que triste— dijo Husk mientras leía algo en el periódico sin tomar la iniciativa de escuchar lo que tenía que decir el rey del infierno

—Mi hija me odia—repitió como si eso fuese a preocupar al felino. Dejó caer su cabeza en la mesa y miró a su izquierda donde estaba Charlie junto a Angel Dust y Niffty que jugaban con la pequeña a las atrapadas.

—Con qué está pasando por la pubertad, eh

— ¡Ni siquiera es eso! Charlie no puede volver a pasar por la pubertad no lo soportaría— se agarró la cabeza y se arrancó algunos cabellos dorados

—¿Ella? — ángel preguntó extrañado mientras llevaba juguetes en sus brazos pues iba a jugar con la pequeña

—YO

—Trata de acercarte, tal vez fue porque tenía hambre, ya tuvo que pasarle el enojo— Lucifer se arregló el cabello pasando su mano y se levantó con paso firme y confiado se acercó Charlie que jugaban con muñecos

—Hola, ¿qué estás jugando? — La pequeña no miro a su papá, siguió con lo suyo arrancando la cabeza a la muñeca

—Mi hija no me quiere, Alastor— se desplomó al lado del demonio radio que miraba la escena desde el sofá, aunque era tan divertido ver al rey así de patético, por alguna razón también le causaba algo de tristeza.

—Que puedo hacer yo su majestad, es algo entre Charlie y usted— la pequeña escuchó como la nombraban y miró a Alastor, vio que su papá estaba alado de él por lo que se levantó y fue corriendo hacia el demonio radio.—¿Qué sucede cariño? ¿Quieres decirle algo a Lucifer?

Todos miraron la escena intrigados pues todo era un gran drama y no sabían qué sucedería

Sin embargo, los presentes quedaron con la boca abierta cuando Charlie se trepó a los brazos de Alastor, miró a Lucifer y le dio la espalda. Claro que el rey no se rindió, se acercó a Alastor un poco para ver a su hija, pero ella trató de alejarlo del demonio radio con la poca fuerza que tenía.

—Parece que no quieres que se acerque a Alastor.

—Esto es triste —habló la araña que tomaba fotos como recuerdo.


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¡Devuelve a mi hija! ; appleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora