Capítulo 12

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Alberto, Lucy y Darwin viajaron a la capital estadounidense para notificar a las autoridades mayores lo que estaba pasando, Alberto y Lucy se fueron a buscar un hotel por petición de Darwin; mientras tanto Darwin se dirigió a el centro mayoritario de inteligencia e informó a un agente llamado Adonais Hell, un hombre alto, de alrededor de un metro noventa y cinco centímetros, de pelo corto y empezando a dar signos de calvicie, de un color negro como el petróleo, sus ojos eran verdes y su mirada eran tan penetrante que intimidaría a un toro y en la mejilla izquierda una cicatriz que iba desde el inició de su pómulo hasta el inició de su lábil, era de descendencia rusa, pero totalmente educado en el país americano. Adonais escuchó atentamente la historia de Darwin, al principio creyó que era una broma sínica de un maniático y esquizofrénico de sur América, vasto con leer el periódico del día para ver que no era mentira lo que Darwin decía enfrente de su escritorio, la oficina en la que se encontraban los dos hombres era obscura y pequeña, estaba decorada con elementos norteamericanos e italianos de la primer y segunda guerra mundial, cuando Darwin término de hablar Adonais se quedó en silencio con las manos juntas y apoyando el mentón sobre ellas, mirando a Darwin fijamente a los ojos y analizando toda la información que había recibido tan repentinamente.
-Entonces- dijo Adonais- dice que ella esta en este país y en este Estado ¿por qué no la trae y con ella traeremos al muchacho? No buscan ellos la salvación de su especie, él buscará salvarla.
-Imposible- espetó Darwin- Alberto no lo permitirá y nunca lo hará, esta ciego y no ve el peligro que corre la especie huma con esas criaturas, además el esta a salvo, sus creaciones tienen una clase de afecto hacia él.
-Usarlo a él sería la opción más indicada esta diciendo usted
-Para nada, por alguna razón ella nombra una muchacha argentina que se encuentra en Bélgica. Último lugar que se supo de él, tal vez traerla ella aquí sería algo que now conduciría hacia Stephen, y acá con tan poderosas fuerzas militares y tecnologías será más fácil vencerlo.
-Vere que se puede hacer, no será nada fácil pero es algo que le pueda interesar al gobierno. Ahora vallase.
Darwin se fue de la oficina de Adonais y del edificio más que satisfecho, sentía que había hecho la mitad del trabajo, mientras tanto en la parte más alta del edificio Adonais se encontraba planeando todo para capturar el arma más poderosa jamás antes vista por el ser humano, más poderosa que cincuenta bombas nucleares o que cualquier arma biológica creada en un laboratorio iraquí de investigación de patógenos, una criatura que podía acabar con un batallón por si sólo, que nadie debía lanzar o manejar, Stephen un arma humana.

Alberto y Lucy habían conseguido un bonito hotel en el centro de la ciudad, habían alquilado una habitación con un camarote y una cama individual, las paredes eran azul claro y tenía un pequeño televisor, no era nada ostentoso como a o que estaban acostumbrados Darwin y Alberto, pero era un bonito lugar para Lucy que nibdeseaba muchos lujos en su estadía rey el extranjero, ella era una joven muy tranquila y amigable, completamente lo opuesto a su hermano, Alberto no encontraba la razón para que ellos fueran tan diferentes, eran prácticamente diseñados de igual naveta y a veces se presionaba si Lucy tenía su lado obscuro y Stephen su lado amigable. Pero no sabría responderse sino hasta que Darwin me dijera cual era su plan para atraer a Stephen hasta allá u que tenía que ver Mery Cuen en eso.

Stephen se encontraba al otro lado del mundo con una horra que le tapaba los oídos y unos guantes que ocultaban sus manos en su primer cita con Mery, disfrutando de un helado de chocolate belga en Bélgica, nadie se había dado cuenta de que el había sido quien había destruido con media eurpa, o tal vez si pero nadie había dicho bnada hasta ese momento. Para el era el momento perfecto disfrutarun hermoso momento con la primer persona que había encontrado compasión y afectó en el, le daba un nuevo sentido a su existencia, "Tal ves los hundir no sean tan malos después de todo" pensaba al verla fijamente a los ojos, acariciar su rostro y servir sus labios juntos era un placer inconteolable para él, David que ese primer beso la marcaría para siempre, todos sus hijos serían como él, pero en ese momento el estaba perdido en sus labios después de el beso llegó la noticia que acabó con su ensueño
-Mañana debo partir Stephen- dijo ella suavemente- Me han ofrecido una beca en Estados Unidos, es uva oferta que no puedo rechazar, pero volveré para poder estar contigo nuevamente

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