En sus ojos cafés se reflejaban las tenues luces de la ciudad. El vuelo desde Estados Unidos había aterrizado en tierra coreana al amanecer. Sentado junto a su hijo de 11 años, observaba Seúl desde las polarizadas ventanillas del auto. Su corazón palpitaba rápido, pues este no era un viaje placentero; su abuela había fallecido dos días atrás, y ahora, como su único nieto, debía encargarse de los preparativos fúnebres.
El auto se detuvo en un semáforo en rojo, y mientras observaba los enormes edificios iluminados por el sol, su hijo Doyun señaló emocionado una pantalla de los rascacielos.
—¡Mira, mamá! — exclamó Dojun, agitando las manos en poses de combate — ¿Ves? Es el campeón mundial, Joo Jaekyung, el emperador.Mientras su hijo estaba emocionado, su madre, con el rostro pálido, quedó hipnotizado por el gran cartel digital que anunciaba el pasado combate de Jaekyung, aquel alfa que una vez fue su gran amor. Un caos de recuerdos del pasado emergió en su mente, tan frescos y vividos como aquel día.
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Hace 11 años...
— ¡No, no, no! — se repetía desesperado, con los ojos llenos de lágrimas, al mirar de nuevo el resultado positivo del test de embarazo sobre el lavamanos. Se dejó caer al suelo, sin cesar en el llanto.
—No puede ser — murmuró, hecho un bulto de desesperación con el rostro hundido en sus rodillas. Apretó el resultado en sus manos, incapaz de aceptar la realidad. Sin embargo, cada vello de su cuerpo se erizó al escuchar el motor de una motocicleta que se detenía frente a su departamento.—¿Qué sucedió?— preguntó un pelinegro alfa, quien sin dudarlo lo tomó de la cintura, dejando un montón de besos en su cuello. —Me moría por verte—, olió su cuello; sin embargo, notó que su novio estaba rígido y con los ojos llenos de lágrimas. —¿Qué te sucede?—se apartaba para verle la cara.
El castaño se limpió los ojos con el extremo de las mangas de su suéter y, asustado, se alejó un poco.
—J-Jae... Jaekyung, yo...— pasó saliva y sintió sus ojos humedecer nuevamente. — Yo estoy embarazado.
Jaekyung miró sorprendido a su novio, Dan, mientras procesaba la impactante noticia. Un silencio tenso llenó la habitación antes de que Jaekyung finalmente respondiera:
— ¿Qué? — soltó, retrocediendo unos pasos— ¿Estás de broma, verdad?
— No, no, Jae. Me acabo de realizar tres pruebas, y todas, sin excepción, son positivas.
— ¡Mierda! — enfurecido tensó la mandíbula y se puso una mano en la frente— ¿Cómo pasó, Dan, cómo?
— No lo sé, yo siempre... nosotros siempre nos cuidamos. — desesperado, se abrazó a sí mismo.
— Bien, ¿y qué harás? Aún estás a tiempo, ¿cierto?
El rostro del omega palideció; sabía a qué se refería.
— T-tú, ¿quieres que yo...?
— Pues claro, Kim Dan, ¿qué no es obvio? No estamos preparados para un bebé. ¡Somos muy jóvenes! Además, ¿sabes cómo reaccionarían nuestras familias? ¿Cómo reaccionaría mi padre si se entera de que eché mi carrera a la borda por un crío?
— Pero yo..., yo tengo miedo. — las lágrimas no abandonaban sus ojos.
— Miedo debes tener al futuro de mierda que nos espera si tienes a un bebé a tu edad.
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I'm back/Jinx
RomanceJoo Jaekyung conoció al amor de su vida a los 16 años: un encantador omega cuatro años mayor que él. Sin embargo, debido a actuar como un cobarde, perdió al omega que tanto adoraba. Un día, este se marchó sin dar explicaciones, rumbo a los Estados U...