capítulo 15

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Dan ya no sabía cómo decirle al azabache que dejara de comprar tantas cosas. En cada tienda a la que entraban era lo mismo, y encima todas eran ropa y zapatos caros.

Al final, terminaron llenando la cajuela del coche con un montón de bolsas, tanto de ropa como de juguetes para Dojun, quien exhausto dormitaba de regreso a casa. Dan apenas le hablaba a Jaekyung en el camino, especialmente porque estaba rojo de vergüenza. Aunque su orgullo era grande, tenía que aceptar que el día juntos fue muy divertido.

Al llegar a casa, el alfa cargó al pequeño dormido hasta su habitación, aún en contra de la voluntad de Dan, quien insistía en que él podía hacerlo solo. Después de bajar de las habitaciones, el omega lo estaba esperando en el salón para despedirlo. Jaekyung caminó a su lado hasta la salida, casi sin decirse una palabra.

El alfa suspiró; era el fin de aquel hermoso día. Ahora, aunque no le agradara, tenía que irse. El momento de la despedida era tenso e incómodo. Dan miró al alfa dar la espalda y después de morderse los labios con frustración, le habló.

—Oye Jaekyung —el azabache detuvo sus pasos y volteó a verle—, g-gracias por todo, fue un buen día.

El más alto sonrió y se acercó quedando justo frente a él.

—Me alegro que te haya gustado. Aunque quien debe agradecer aquí soy yo por esta oportunidad —después de pasar saliva, y sin dejar de quitar sus ojos grises de los marrones, acarició suavemente las mejillas del mayor, que parecía hipnotizado con aquel gesto.— Hasta mañana, Kim Dan —susurró en su oído para después sonreírle y retomar su camino a la salida.

Dan permaneció inmóvil unos instantes mientras su mente asimilaba todo lo que acaba de ocurrir. Después de darse unas palmaditas en el rostro, entró a la casa. Solo para soltar un sin fin de suspiros. ¿Por qué le latía tanto el corazón? Se dejó caer en uno de los sillones mientras miraba todas las bolsas de compra. Tenía en un día más prendas y zapatos que los que ha tenido en toda su vida. En verdad, esta actitud del alfa ya la conocía, pues cuando eran novios se comportaba de igual manera.

Después de pasar gran parte de la tarde acomodando sus nuevas adquisiciones, MD lo buscó para que cenara en la nueva casa que DG y Jiwon se habían comprado. Pasó unas agradables horas rodeados de sus amigos, especialmente con los jóvenes recién casados que estaban muy emocionados por la llegada de su bebé. Luego recibió una llamada del café en el que trabajaban Chanwoo y Dong-Gyun. Para su buena suerte, habían recibido su aplicación y el trabajo era suyo. Feliz por la noticia, celebró hasta tarde con sus amigos y después regresó a su casa. Se sentía sereno, tranquilo. Jamás pensó que después de contar toda la verdad a Jaekyung se sentiría así. Aquella sensación era buena.

Al día siguiente, el castaño se despertó temprano. Se preparaba para comenzar su primer día en el café. MD se quedaría cuidando a Dojun mientras Dan trabajaba. Así sería hasta que pudieran matricular al pequeño en una de las escuelas que Jaekyung encontró.

Lleno de emoción, se puso el uniforme característico del café y después de tomar las llaves del auto de MD, condujo hasta llegar a su nuevo empleo.

—Bien, te enseñaré todo —decía DG mostrándole el lugar.— Esta cafetera es la más sencilla de usar, a diferencia de las tradicionales que usan polvo o granos, esta usa cápsulas —le mostraba unas cajas con pequeñas cápsulas de varios colores—. Entonces, según el café que el cliente te pida, debes colocarla aquí —señalaba la superficie de la máquina—, y cuando la cafetera haga lo suyo, la cápsula se desecha por acá —señaló un soporte donde caían las cápsulas usadas.

—Se ve muy sencillo, es como las cafeteras que tengo en casa —sonreía el castaño.

—Sí, esa es sencilla —dijo el rubio que llegaba con unas frutas—, pero si te toca hacer un macchiato o un capuchino, tendrás que enfrentarte a las dos cafeteras más pesadas de todo Seúl —señaló a dos cafeteras mucho más grandes que la anterior.

I'm back/JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora