capítulo 28

1.7K 164 15
                                    

— ¡Oh, vaya! ¡Muchas felicidades, chicos! — exclamó Heensung, extendiendo sus felicitaciones a la pareja comprometida.

— Propongo un brindis — anunció Jiwon, poniéndose de pie y tomándose una copa —. Todos brindemos, excepto tú, mi amor — dirigió su mirada a Dong-Gyun, quien parecía ansioso por tomar la copa de champán.

— ¿Qué cruel, ni siquiera un poquito? — se quejó el de ojos verdes.

— ¡No! — exclamaron todos al unísono.

— Está bien, no exageremos. Yo tomaré jugo — dijo, rodando los ojos.

— Muy bien. Entonces, brindemos por nuestros amigos y por esta amistad que tenemos, espero que nunca acabe. ¡Salud!

— ¡Salud! — respondieron todos, chocando sus copas.

La alegría se reflejaba en cada rostro. Afortunadamente, todos recibieron la noticia con agrado, incluso Chanwoo la toleró un poco. Dan se sentía inmensamente feliz; no podía apartar la mirada del anillo en su dedo. Sentía que comprometerse con Jae era justo lo que necesitaba en su vida. Tenía una familia, su hijo estaba creciendo, Jaekyung lo amaba, no podía quejarse. Sin embargo, una preocupación persistía en su mente.

Después de despedir a los amigos, Jae y Dojun decidieron ver una película, y Dan aprovechó que ambos estaban ocupados para hacer algo que necesitaba. Sin que ninguno se percatara, entró al baño, sacó de una bolsa plástica una prueba de embarazo, la realizó y esperó ansioso el resultado.

— "Negativo" — dijo, observando la respuesta del test —. Demonios, pensé que ya podría haber dado positivo. ¿Seré infértil?

Miró su reflejo en el espejo y se dio unas palmaditas para animarse.

— Nah, Kim Dan, es demasiado pronto. Solo tengo que esperar.

Suspiró y regresó con su familia.


Y así pasaron los días. Cada mañana Dan se realizaba una prueba, pero siempre daba negativo. Se sentía frustrado, pero intentaba disimularlo mejor que podía, aunque Jaekyung podía percibir que algo le molestaba. Siempre le insistía para averiguar qué era, pero Dan nunca le revelaba lo que realmente pasaba.

Habían pasado casi dos meses. Dan salía del café cuando vio el auto de Jaekyung estacionado afuera.

— Hola, amor. ¿Qué haces aquí? — saludó el castaño dándole un tierno beso.

— Hola. He venido porque tengo dos cosas muy importantes que decirte — dijo el azabache sonriendo.

— En serio, por tu cara parecen ser buenas noticias — dijo el castaño.

— Bueno, para ambas cosas necesito tu aprobación, señor Kim, aunque no veo la hora de llamarte señor Joo — dijo tomándolo de la mano y dejando un beso en ella.

El castaño se sonrojó y soltó una risita.

— Está bien, ¿qué tienes que contarme? ¿Qué necesita mi aprobación?

— La primera cosa es una oferta de trabajo.

— Una oferta de trabajo, ¿en qué? — preguntó curioso.

— ¿Quieres ser mi fisioterapeuta? — lo miró expectante.

Dan sonrió — ¿De verdad? ¿Quieres que sea tu fisio?

— Claro, ¿quién más que mi futuro esposo? Sé que eres muy bueno en lo que haces. Tus masajes en casa me lo han demostrado — sonrió pícaro.

— No me digas, ¿cuáles masajes? Cada vez que intento hacer uno, termino encima de ti — dijo un tanto avergonzado.

I'm back/JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora