capítulo 30

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- ¡Perfecto, ya tenemos al primero! - dijo el obstetra sacando a la pequeña niña del vientre de Dong-Gyun. - Dile hola a tus papás. - mencionó mientras aspiraban la flema en su tracto respiratorio, haciendo que la bebé comenzara a llorar.

- ¡Buaaa!

- Dios mío - dijo Jiwon, quien desde la cabecera de la camilla sostenía las manos de su esposo. - Amor, ya nació nuestro primer hijo y es una niña.

- Gracias a Dios - decía el castaño, llenando sus ojos de lágrimas.

Una enfermera cortó el cordón umbilical y luego envolvió a la pequeña en una manta para que sus padres la conocieran.

- Hola, hermosa - decía Jiwon, estrechándola en sus brazos y luego la puso junto a DG, quien por tener sus manos inmovilizadas con los sueros solo pudo depositar, entre lágrimas, un beso en su carita rosada.

- ¡Buaaa! - la bebé seguía llorando mientras sus padres no podían dejar de apreciar sus pequeñas facciones.

- Mi pequeña - decía Dong-Gyun emocionado.

- Bien, ahora ya tenemos al hermanito - mencionó el médico, sacando al varoncito que no dejaba de moverse mientras la doctora lo ayudaba a respirar.

Enseguida que lo aspiraron, lloró muy fuerte, provocando que su hermana, quien se había quedado callada, llorara también.

- Ahora dile hola a tus papás - dijo la enfermera cortando el cordón umbilical del pequeño y envolviéndolo en una manta para entregárselo a Jiwon.

- Mi pequeñito - dijo el padre emocionado, sosteniendo al recién nacido en sus brazos.

Ambos bebés ahora lloraban, componiendo una tierna sinfonía.

- Hermoso - dijo DG, recibiendo a su otro hijo al lado de su cara.

Era una imagen hermosa, dos padres enamorados recibiendo al fruto de su amor. Dos hermosos bebés fuertes y saludables.

- Te amo - dijo el azabache, besando en los labios a su esposo mientras, entre lágrimas, miraban a sus retoños.

- Bueno, ahora tengo que llevarme a estos chiquitines - dijo una enfermera acercándose con dos incubadoras móviles.

- Enfermera, ¿para qué necesita las incubadoras? ¿Ellos están bien, verdad? - preguntó un poco angustiado el azabache.

- Sí, no se preocupen, los bebés están muy sanos. Ahora solo los llevaremos para que los examine un pediatra y así podremos saber con seguridad cómo están. Recuerden que ellos tuvieron que nacer un par de semanas antes de lo planeado. Pero no se preocupen, ambos son muy fuertes - sonreía para calmarlo.

Aunque no les gustara, tuvieron que aceptar, y los bebés fueron puestos en las incubadoras y llevados a otra parte por la enfermera. Mientras tanto, el obstetra, que terminaba de cerrar la herida de la cesárea en el castaño, se acercó a los padres.

- Fue un excelente nacimiento, ambos niños están bien, y usted se recuperará muy pronto - les decía a los padres -. Ahora, por favor, necesito que el papá salga. Terminaremos de suturar al señor y luego le avisaremos cuando esté en la sala de recuperación, ¿está bien?

Jiwon suspiró y asintió. Después de despedirse, salió del salón para poder estar afuera. Al llegar a la recepción, todos estaban esperándolo; ya había oscurecido y, sin embargo, todos estaban allí sentados esperando noticias.

- Tío Jiwon - anunció Dojun al verlo aproximarse.

- ¡Dios mío! ¿Cómo fue todo? ¿Ya terminó? ¿Están bien? - decía Chanwoo, bombardeándolo con preguntas.

I'm back/JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora