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: ₊˚⋆☾⋆⁺ dime que será : ₊˚☾⋆⁺

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: ˚⋆☾⋆⁺ dime que será : ˚☾⋆⁺



: ₊˚⋆☾⋆⁺ dime que será : ₊˚☾⋆⁺

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pov sara

eran como las 2:19 y no podía dormir tengo que empezar a regular mi sueño si no el cerebro se me va a quemar.

Llevábamos más de un año siendo amigos con Rodri

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Llevábamos más de un año siendo amigos con Rodri. Él es una de las personas más lindas y comprensivas que he conocido a lo largo de mi vida.

- ¡SARAA! ¡ABRE LA PUERTA!

Escuché medio dormida a alguien gritar. Juraba que era un sueño. Me quedé pensando hasta que volví a escuchar el timbre, así que me levanté.

- ¡Rodri! Se me había olvidado que ibas a venir -dije mientras lo hacía pasar.

- Son las 3 de la tarde, pensé que ya estarías despierta.

- Eso no es lo mío -me senté en el sillón del living, mirando un punto fijo en la pared, adormilada.

- ¿Posta recién despiertas? -dijo acomodándose a mi lado.

- Nope, me desperté hace como dos horas. Me levanté, ordené y volví a dormir.

- Floja.

- Lo sé -me acerqué más a él y lo abracé. Me devolvió el abrazo.

- ¿Qué haremos hoy? -pregunté.

- Mmm... Spreen nos invitó a su casa, ¿no viste los mensajes?

- No, estaba durmiendo.

Después de un rato, salimos hacia la casa de Spreen. estaban muchos más de nuestros amigos. Con Sara saludamos a todos y nos sentamos a conversar. Ya habían pasado como dos horas desde que llegamos.

- ¿Che, primos, cuándo se declaran su amor? -preguntó Uni con una sonrisa maliciosa.

Nos miramos entre nosotros y nos reímos. Era habitual que nos molestaran así, pero mi único problema era que realmente estaba perdido por Sara. Hace poco tiempo me había dado cuenta de que ya no la veía con los mismos ojos. Sin embargo, jamás se lo diría. Prefería guardármelo a que no sea mutuo y perderla.

- ¿Por qué no cerras bien la conchita?, antes muerta -dijo Sara en broma.-

Sabía que lo decía en broma, pero aun así me sentía un boludo. Seguimos hablando y de un momento a otro, Sara ya no estaba más. Salí a buscarla y estaba en el balcón, fumando. Me acerqué a ella y la abracé por encima de los hombros.

- Ya quiero que nos vayamos a dormir, estoy muerta -dijo reposando su cabeza sobre mi hombro.

- ¿Vamos entonces, a tu casa o a la mía?

- Mmm, da igual.

Nos despedimos de todos y nos subimos al auto para ir a mi casa. Ya era tarde, así que al llegar, solo nos acostamos.

- Dale, acuéstate -dije moviéndome para hacerle espacio en la cama. Ella se acomodó a mi lado, la abracé y me dispuse a dormir.

En medio de la oscuridad, pude sentir su respiración calmada y su presencia tan cerca de mí. Me preguntaba cómo sería si ella supiera lo que sentía, si alguna vez se animaría a cruzar esa línea que dividía nuestra amistad de algo más. Pero por ahora, me conformaba con tenerla cerca, compartiendo momentos
sencillos y cotidianos que para mí eran todo.

---

A la mañana siguiente Rodri y Sara decidieron pasar un rato juntos, como solían hacer. Optaron por ir al McDonald's, un lugar donde ambos disfrutaban la comida rápida y las charlas amenas.

—Che, hace cuánto que no veníamos acá, ¿no? -comentó Sara mientras entraban al local.-

—Sí, mal. Hace como un millón de años -respondió Rodri, esbozando una sonrisa nostálgica.-

Se acercaron al mostrador, pidiendo sus hamburguesas preferidas. Sara optó por un Big Mac con papas grandes y una Coca, mientras que Rodri eligió un Cuarto de Libra con queso.

— ¿Te acordás la vez que intentamos probar todos los combos del menú en un día? -preguntó Rodri, riéndose al recordar la anécdota.-

-- ¡Sí! Terminé tan llena que no pude comer nada más en todo el día -respondió Sara, riéndose también.

Con sus bandejas en mano, se sentaron en una mesa cerca de la ventana. Empezaron a comer, disfrutando de la comida rápida y de la compañía mutua. La conversación fluyó, ligera y sin preocupaciones.

—La primera vez que nos conocimos vinimos acá. —Soltó rodri de la nada-

—Mal, es verdad, que buen día fue ese.

Terminaron su comida riendo y disfrutando de la compañía mutua. Al salir del McDonald's, decidieron caminar un poco por el barrio. La noche estaba fresca, y la ciudad tenía esa vibración tranquila de los domingos por la noche.

—¿Qué haremos mañana?-pregunto Sara caminando al lado de Rodrigo-

—Sara, yo creo que estás obsesionada conmigo, ni un día quieres pasar lejos de mí. -Dijo Rodri bromeando-

—Deja boludito, ya no te quiero ver más.

Rodri solo se rio. Continuaron un rato caminando hasta que ya se habían cansado, así que Rodri le dijo a Sara que ya se fueran

—Vámonos Sarito, ya me cansé de caminar Vamos a dormir a mi Casa

—¡Viste! El obsesionadito es otro. -Dijo Sara de volviéndole la broma de hace rato.

Al llegar a la casa Sara lo primero que hizo fue sentarse en el sillón a acariciar al gato de Rodri, después de un rato apareció Rodri.

—Mucho cariño a ese gato poco a mí.

—Qué decís, es tu hijo.

—Otro día le haces más cariño. -Dijo mientras abrazaba a Sara.

Sara solo se rio y se quedaron un buen rato en el sillón hablando boludeces hasta que les agarró sueño a sí que subieron a la habitación de Rodri y se acomodaron en la cama.

—Buenas noches, Sarito te amo

—Buenas noches, Rodri te amo más

Dime que será Donde viven las historias. Descúbrelo ahora