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Después de la fiesta en casa de Spreen, Sara y Rodrigo decidieron tomarse un momento a solas para hablar sobre lo que había sucedido entre ellos esa noche. Optaron por salir a cenar juntos en un restaurante acogedor en Buenos Aires, disfrutando de la intimidad y la tranquilidad del lugar.
El ambiente estaba impregnado de una atmósfera cálida y acogedora, con luces tenues y música suave de fondo. Sara y Rodrigo se sentaron en una mesa cerca de la ventana, observando las luces de la ciudad mientras esperaban sus platos.
—Che, esa fiesta estuvo espectacular, ¿no?
—Rodri asintió con una sonrisa—Sí, estuvo muy buena. Y ese beso... fue algo que no esperaba, pero me alegra que haya sucedido.
—Sí, sobre eso quería hablar... Fue algo impulsivo, pero también significativo. No quiero que pienses que fue solo el ambiente de la fiesta.
—Rodrigo puso su mano sobre la de Sara—Tranquila, Sarito. Entiendo lo que decís. Para mí también fue algo importante, algo que refleja cómo nos sentimos el uno por el otro.
La conversación se tornó más íntima mientras compartían sus pensamientos y sentimientos sobre el beso y lo que significaba para ellos. Hablaron sobre cómo habían cambiado las cosas entre ellos desde que decidieron trabajar en su relación y cómo ese beso había sido un momento de claridad.
—Rodri, quiero que sepas que estoy dispuesta a seguir adelante juntos, a pesar de los desafíos que podamos enfrentar. Sos muy importante para mí, y quiero que lo sepas.
—Y vos también sos muy importante para mí, Sara. Estoy feliz de que hayamos podido hablar sobre esto y aclarar nuestras emociones.
La cena continuó con una atmósfera más relajada y cercana, con Sara y Rodrigo disfrutando de la compañía mutua y la conexión que compartían.
Después de esa conversación sincera y profunda, ambos se sintieron más seguros y confiados en su relación. Sabían que había desafíos por delante, pero estaban dispuestos a enfrentarlos juntos, fortaleciendo su vínculo con cada paso que daban.
