¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
: ₊˚⋆☾⋆⁺ dime que será : ₊˚☾⋆⁺
Pasaron algunas semana desde la llegada de rodri a Bahía blanca. Rodrigo se encontraba disfrutando de su tiempo con amigos, y una noche decidieron salir de fiesta para celebrar y relajarse. La música, las risas y las copas de más hicieron que Rodrigo se animara a llamar a Sara, aunque su estado de embriaguez era evidente en su voz y sus palabras.
Con tono entusiasta pero algo descontrolado, Rodrigo marcó el número de Sara y esperó a que contestara, mientras sus amigos se reían y alentaban su intento de comunicación.
—¡Hola, hola, Sarito! ¡Cómo va todo por ahí! —exclamó Rodrigo con entusiasmo y una risa leve.
Sara, sorprendida por la llamada a esa hora de la noche y notando el estado de Rodrigo, respondió con cautela. —Hola, Rodrigo. ¿Qué pasa?
Rodrigo rió entre dientes. —¡Estamos re bien, che! Salimos de fiesta con los pibes, ¿viste? Pensé en llamarte para decirte... para decirte que te extraño mucho. ¡Posta, te extraño un montón!
Sara, recordando las palabras hirientes de Rodrigo en su última conversación, sintió un nudo en el estómago. —Rodrigo, entiendo que estés pasando un buen momento, pero no creo que sea apropiado hablar de esto ahora, especialmente con todo lo que ha pasado entre nosotros.
Rodrigo, aunque algo confundido por la respuesta de Sara, intentó disculparse. —Perdón, Sara. No quería molestarte ni nada. Solo quería decirte que te amo, aunque sé que las cosas entre nosotros no están bien.
Sara respiró profundamente, tratando de controlar su frustración. — Bueno rodrigo, tu mismo lo dijiste las cosas no están bien entre nosotros, así que es mejor que sigamos distanciados
Rodrigo asintió, aunque no podía verlo, le dolía el corazoncito aún más por que Sara no siquiera le había dicho de vuelta que lo amaba.—Sí, sí, tenés razón. Perdón por llamar así, medio borracho y todo. Pero quería que sepas que... que te pienso mucho.
Sara le recordó que era importante cuidarse. Rodrigo se despidió con una mezcla de alegría y nostalgia en su voz.
—Bueno, Sarito, me voy a seguir la fiesta acá. Te mando un beso grande y nos hablamos cuando esté más lucido. ¡Chau, chau!**
Sara colgó con una sensación de conflicto interno. Por un lado, apreciaba que Rodrigo mostrara cierta sensibilidad, pero por otro, aún sentía el peso de las heridas causadas por sus palabras hirientes en la última conversación.