Idílico (Libro Completo)

Capítulo 1

3 de octubre.

Berna / Suiza

Asher            

Cierro los ojos y mi cerebro me recuerda una vez más que <<es hora>>. Han pasado tantos años que no creí que este momento llegaría tan rápido.

—Entiendo tu obsesión por fumar pero creo que me voy a empezar a preocupar por ti, no es normal despertarse a las 2 de la mañana para fumar— me dice la mujer yace desnuda en mi cama.

Me volteo a observarla mientras tiro el cigarro al piso, entro a la habitación cerrando la puerta del balcón que me da la perfecta vista a la ciudad que me acogió durante todos estos años.

—Más bien deberías preocuparte por no matarte cuando me vaya— me le burlo— ya te he dicho que no me gusta que te quedes en mi apartamento, lo de nosotros solo es unos buenos polvos —le digo en forma de soberbia.

Se levanta furiosa recogiendo sus cosas.

—Siempre he tenido clara nuestra ¨situación¨— dice dibujando unas comillas al aire– pero no hace falta que me trates como a todas, ni mucho menos te vengas con esos aires del peor hijo de puta —explaya molesta.

Le sonrió irónicamente

—No vengo con aires del peor hijo de puta, es que lo soy. Pensé que ya lo sabías— le digo.

Da un portazo al irse.

Me volteó negando con la cabeza echándole un vistazo por última vez al lugar que me dio tanta tranquilidad que ahora convertiré en una tempestad.

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Unas horas después...

Aeropuerto Internacional Idlewild, New York, Estados Unidos

Camino tratando de llegar a la salida, pero el cúmulo de personas me lo impide, no tengo ni 5 minutos de haber llegado y ya estoy hastiado. Logro salir y lo primero que hago es sacar el paquete de cigarros que tengo en el bolsillo trasero de mi pantalón, lo enciendo y expulso el humo, de lejos veo como se acerca Edward a mi lugar.

—¡Harlowad!— Me llama acortando el espacio entre nosotros abrazándome– han pasado muchos años, pensé que ya no volverías— menciona sonriendo.

—¿Qué haces acá? ¿Cómo supiste que iba a llegar hoy?— Interrogo.

—Yo también me alegro de verte— dice sarcásticamente— tu padre me lo ha dicho y he querido venir a recogerte del aeropuerto.

Ruedo los ojos.

No he puesto ni un puto pie en esta ciudad y ya me están tratando de niñato. Como que si yo no supiera tomar un taxi.

—¡Vamos!— Dice invitándome a entrar a su auto.

El camino hacia mi Pent-house se hace eterno por el tráfico de la ciudad, <<no ha cambiado nada>> se encuentra igual como la última vez que estuve aquí.

—Sigues siendo el mismo amargado de siempre, aunque hay que destacar que estás más guapo... pero no más que yo— dice riéndose.

Nota mi seriedad y deja de reírse.

—¿Sigues con la misma chica que conociste en la secundaria o ya terminaron?— Le pregunto en un tono burlón. 

—Le pedí matrimonio— me dice volteándose a verme mientras conduce.

Niego con la cabeza volteando a ver la ventanilla del auto.

—Algún día sentarás cabeza y te darás cuenta de que podrás tener a todas las mujeres del mundo a tus pies, pero ellas no valen nada a lado de una mujer que te ama— me dice.