Ivy
Abro los ojos y los rayos del sol atraviesan mi ventana, me volteo a tomar mi teléfono para ver la hora, son las once de la mañana, me levanto tomo una ducha rápida y me coloco lo primero que encuentro. Empiezo a recordar todo lo que sucedió ayer.
Mierda.
Le confesé a Asher que me gustaba, adiós dignidad, << ¿en qué estaba pensando?>>
No lo quiero ver, tengo la vergüenza presente, cierro los ojos y me vienen los flashbacks de ayer.
Dios, que pena.
Lo admito, es un hombre atractivo, incluso lo puedo considerar como el único que ha llamado mi atención, pero no estoy dispuesta a que me deje en terapia, Asher no tiene pinta de ser de esos que se enamoran ni mucho menos saber lo que es algo formal, prefiero dar un paso atrás, evitando mis sentimientos por él, tengo que dejar de pensar con las hormonas y empezar a usar un poco más el cerebro. Yo tengo el control, no él.
Tocan la puerta y me acerco a abrir.
Es Asher, está vestido con ropa informal, con el cabello mojado, tiene una caja de pizza en la mano derecha y me sonríe con coquetería.
Absolutamente no tengo el control, me retracto. Muy lindo tu discurso de empoderamiento Ivy, pero con este hombre dudo mucho que funcione.
Sigo viéndolo sin decir nada, es sexy y lo sabe, no disimula en demostrarlo.
—¿Me vas a dejar entrar?—Me hago hacia un lado.—Ayer dijiste que viniera, así que aquí estoy.
Dije eso cuando mis cinco sentidos no estaban funcionando.
—No tenías que molestarte en venir, probablemente estés ocupado hoy.
—Para tu suerte, hoy estoy libre—me guiña el ojo.
Nos sentamos en la cocina y empezamos a comer.
—¿Qué sucedió con el tipo de ayer?
Deja el pedazo de pizza que tenía en la mano.
—Está en la estación de policía, probablemente estará en la cárcel por unos días.
Terminamos de comer y me ayuda a recoger. Nos sentamos en la sala y enciendo el televisor. Volteo a verlo y está concentrado viendo la película que están pasando, en cambio, yo no puedo dejar de detallarlo. Su cabello negro hace contraste con sus ojos avellanas, tiene la mandíbula marcada y la nariz perfilada, es alto, calculo que debe medir alrededor de 1.90. Se esforzaron en hacerlo porque quiero buscarle un defecto y el muy idiota no posee ninguno, bueno, lo egocéntrico pero ese no es el punto.
Quito mi mirada tratando de concentrarme en la película.
—Cuando tenía nueve años fui a la casa de los Bardeen por el cumpleaños de Mason—hablo sin pensar. Toma el control apagando el televisor y clava su mirada en mí.—La fiesta era en la parte trasera de la casa, entre a la casa por un momento para ir al baño, cuando estaba de regreso me encontré al papá de Mason en el pasillo.—Me callo, dejo de hablar y las lágrimas no tardan en aparecer, Asher me jala hacia él y me abraza.
—No tienes que hablar de esto si no quieres, no sientas la necesidad de contármelo.
—No abuso de mí, pero—alzo mi cara para verlo y él vuelve a estrecharme con fuerza—me toco, le dije que parara y no lo hizo. Cuando me soltó, me volteó para irme y veo a su esposa observándonos. Ella no hizo nada—digo entre lágrimas—me amenazo y me dijo que no le dijera a nadie lo que paso. Era una niña, tenía miedo, nunca se lo dije a nadie. Tal vez es algo estúpido pero no he podido superarlo, cada vez que mencionan a los Bardeen ese el recuerdo que siempre tengo presente, es la tortura de mis noches antes de dormir. El tipo de ayer me dijo que Mason sabe lo que su padre me hizo y que si no quiero que se vuelva a repetir debo alejarme de esto.
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Idílico (Libro Completo)
RomansAsher Harlowad vuelve de Suiza luego de culminar sus estudios para hacerse cargo de la empresa de su padre en New York. Cuando llega a la ciudad de la ''Gran Manzana'' sus amigos le planean una salida para reencontrarse y revivir viejos tiempos, per...