4. Game Coffee

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Kyle bajó como todo hombre lo haría. Gritando cual niña pequeña.

Al tocar tierra suspiró de alivio y corrió. Cruzó la puerta del balcón y entonces, al entrar en una sala amplia, lo oyó. El sonido de caída y pisadas que lo seguían.

Corrió abriendo puertas hasta que llegó a la puerta principal. Le pegó una patada y gracias al que la creara, era de madera barata y se rompió.

-Guau, no esperaba que funcionara -musitó para sí mismo.

Avanzó por un pasillo estrecho hasta que llegó a la puerta de, supuestamente, su casa. Le pegó una patada pero no se abrió. Siguió dándole patadas y entonces apareció el asesino.

Llevaba ropa holgada y negra. Una capucha cubría su cabeza. Genial, lo iba a matar y no iba ni a poder verle la cara.

Siguió dando patadas desesperadamente. El asesino cada vez estaba más cerca. Veinte pasos. Diez. Cinco.

En ese momento, la puerta se rompió y cayó al suelo con ella. Pero no le importó. Había llegado sano y salvo.

El asesino, al percatarse de esto, no pudo entrar en la casa pero lo miró con tono hosco durante un rato. Finalmente, al ver que no iba a salir, se marchó.

Kyle suspiró aliviado. Estaba vivo. De momento.

Después de un rato, Seele y Kai llegaron a su piso. Al entrar había un recibidor con un pasillo, que tenía  una puerta a la derecha, el baño. Al terminar, el pasillo daba a una sala amplia con dos ventanas al fondo. Una pared con una puerta a la izquierda eran los únicos indicios de que tuviera una habitación. Dejaron los disfraces en el suelo.

-Me alegro de que sigas vivo -dijo Kai alegremente.

-Vaya, gracias por preocuparte -le respondió Kyle con ironía.

-Lo sé, soy genial.

Parecía que Kai había recuperado su tono alegre y despreocupado de siempre. Aunque hacía poco que lo había conocido, se le hacía raro verlo callado.

-Bueno, ¿quién quiere un café? -preguntó Kai despreocupadamente.

-En serio, ¿ahora? -Kyle no podía creerlo.

-Si, ¿por qué no? -lo apoyó Seele- Además, el papel ya está aquí, nadie va a tocarlo.

-Casi me matan, dos veces. Acabo de saltar en tirolina por un balcón.Y me han confundido con un tal Blake en la plaza ¿Os parece que todo está bien?

-Pues si, parece un día normal para este sitio -Seele lo dijo muy seria- ¿Creías que iba a ser fácil?

Kyle estaba flipando. Está gente estaba chalada. Lo habían traído a un manicomio, no a una cárcel. Si, eso debía ser.

-Entonces, ¿el café? Me gustan las galletas que ponen con él - se metió Kai.

-Sí, vamos -Seele se dirigió a la puerta.

-Esperad un momento, apenas os conozco. ¿Y si quisieras matarme para quedaros con el papel? -Kyle no se fiaba de esos locos.

-Por Dios, si quisiéramos matarte, ya lo habríamos hecho -dijo Kai-. Además, ahora somos amigos.

Y echaron a andar hacia la puerta. Kyle no tuvo más remedio que seguirlos. Al salir a la calle, se dio cuenta de que algunos asesinos seguían allí, pero no parecía que fueran a hacer nada de momento.

Kyle siguió a Seele y Kai hasta el famoso Game Coffee, situado en una esquina de la plaza.

-Por cierto, ¿por qué se llama Game Coffee? -preguntó Kyle de improviso.

El Coliseo del AzarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora