Dos meses despues.
La cafetería de gatitos era más linda de lo que imaginó cuando Seiya le comentó sobre el nuevo trabajo de Yaten, al que, obviamente, irían a molestarle esa calurosa tarde de sábado.
Un abanico y el aire acondicionado no daban abasto al verano japonés, le parecía que hace siglos no sentía la magnitud de calor que estaba soportando, al menos no fuera de la cama.
-Cita... ¿De juegos?- Seiya y su mirada inquisidora sobre la niña de cabello rosa y su malteada también rosa.
-¿Y de que más seria la cita? Seiya tonta...- refunfuñó.
Usagi sonrió, la relación entre ambas ya era una amistad consolidada en base a matoneria mutua y el altamente desarrollado sentido de protección de Seiya, podía disfrutar de verlas discutir por tonterías, más aún cuando estaba de acuerdo con su novia. Sabía que ChibiUsa y Hotaru terminarían juntas en algún futuro, lo había sabido desde que las vio de la mano rumbo a la escuela una mañana cualquiera, pero no esperaba que los sonrojos de su hija se harían tan evidentes a temprano edad y que Seiya, burlesca por naturaleza, aprovecharía la oportunidad para seguir construyendo su intimidad con la pequeña dama cuál madrastra malvada.
Yaten llegó con el resto del pedido, una malteada extragrande de chocolate con dos pajillas, y susurró algo en el oído de la adolescente sacandole carcajadas antes de sentarse a su lado a acariciar gatos, los verdaderos dueños del local.
Usagi sorbió la malteada, ojos de conejo indefenso al ver que su novia no hacía lo mismo.
-Yo que tú no la tomaría con tanta confianza bombón, conozco esa cara... Va a envenenarnos.
Yaten torneó los ojos, segundos para soltar un comentario acido interrumpida por dos chicas con emoción visible.
-¡Oh por Dios eres Seiya Kou!- gritó una abalanzandose sobre la Idol sin permiso- ¡Yo te amo! ¡Dame tu autógrafo porfavor!
Yaten agradeció no ser reconocida como antes, supuso por la trenza que ahora recogía su cabello pegado a su cuero cabelludo, y quiso desaparecer. Seiya se deshizo en risas coquetas y abrazos, y Usagi en celos y ganas de demostrar quien mandaba en esa relación cuando una de las chicas se sentó en las piernas de su novia y esta no supo cómo sacarsela de encima. La canción llevaba apenas unas semanas de estreno y toda la fama que Seiya no buscaba cayó de golpe, aun con su ropa de fin de semana y sus lentes de sol más grandes que la cara le reconocían en todos lados, Usagi atribuía el aumento de interés en las fans a las declaraciones de esa problematica entrevista radial donde Seiya reconoció abiertamente su género, aclarando que ningún pronombre le molestaba, trayendo de regreso conceptos aun no tan explorados en Japón como la androginia y el no binarismo. Morbo. Le molestaba.
-Amor...- soltó con evidente molestia y asombro de las invitadas, la chica de las piernas de paró en seco.
-Dime, bombón.
Seiya no la escondió, ahí estaba, en la dichosa entrevista no había querido reconocer que la chica de la canción era su novia, pero ahí delante de esas adolescentes locas que fácil podrían ser sus amigas, no la negó. Saldría en las revistas adolescentes y tendría que ponerse lentes de sol a juego para no ser hostigada. No lo fue por cargar con las alas de Sailor moon pero lo sería por cargar con el peso de ser la novia de la mujer más guapa y cotizada del momento.
-Estamos en una cita, ¿Recuerdas?
-¡Haruka San! Bueno, me voy...- ChibiUsa se escabulló al escuchar el auto de Urano y Yaten aprovechó el momento, importandole poco dejar la cafetería sin cuidado, la situación le incomodaba tanto que prefería el despido.
ESTÁS LEYENDO
A través del universo: Una historia de Sailor moon.
FanfictionEl amor despues del amor. Si Usagi Tsukino pudiera elegir entre el amor y la justicia, elegiría el amor. Si Sailor moon tuviera que elegir, elegiría la justicia, aunque eso implicara reescribir su destino. Usagi juró que al entregar a Mamoru, una...