Parte 13: Kinmoku

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Usagi no pegó un ojo en toda la noche. El llamado nada tranquilizador tras llegar a casa, desconcertada, la había obligado a terminar esa maleta antes de lo planeado. Partirían a mediodía. Makoto había llegado cerca de las siete de la mañana, con mochila en mano y una tanda de pasteles para alimentar a un regimiento.

-Tampoco pude dormir- dijo. Y luego se puso a cuatro patas a ayudar a ChibiUsa con su equipaje.

-¿Llevo la chaqueta de corderito?

-No tenemos idea de cómo es el clima en Kinmoku así que empaca todo, desde traje de baño hasta el abrigo largo.

Su cabeza era un desastre, Usagi no lograba terminar ninguna acción sin entorpecerse en el trayecto. Sacaba y metía cosas que luego olvidaba haber guardado y desarmaba otra vez. Seiya cantando en su oreja y sacudidas salvajes cada ciertos minutos. Cuando el teléfono sonó en la noche espero oír su voz tras el auricular pero era Taiki quién le daba las malas nuevas, urgencia, viaje, temprano. No tenía más información y necesitaba confirmar que Seiya estaba bien.

Rei se unió a la misión llegando para ayudar con lo que se necesitara.

-Ten este talismán- con algo de las cenizas de Mamoru, sellos y conocimientos de su abuelo fabricó un protección especialmente para Usagi. Le parecía todo precipitado pero no quiso poner más nerviosa a la chica cuyas ojeras delataban- te cuidará cuando yo no pueda hacerlo.

-Rei...- un abrazo, duro y escueto pero abrazo al fin. Un mal presentimiento. Miedo a equivocarse y arruinarle los nervios a Usagi en su viaje intergaláctico, la indecisión y el miedo. Deseaba con todo su corazón que todo marchase bien, y que pudiese desprenderse de ese talismán de Mamoru y de su vida anterior en alguna montaña de ese misterioso planeta. Pero quería advertir a Seiya primero, decirle que de hacer llorar a SU mar de lágrimas, le arrancaría cada uno de los huesos y los repartiría como ofrendas en sus rituales.

-¿Seiya vendrá por ti?- preguntó.

-No, Haruka pasará por nosotras y nos reuniremos en el parque.

-Entonces esperaré a Haruka- los ojos de Makoto le hablaron sin hablar- no haré nada estúpido solo quiero asegurarme de que todo saldrá bien.

Luna asintió, apoyando a Rei porque los nervios la tenían con una picazón nerviosa como si fuese cualquier gata callejera.

Los padres de Usagi pensaban que se trataba de un viaje de estudios a otra región, mamá Ikuko, orgullosa, subió uno bandeja con desayuno para las chicas. Avisndoles que el auto de su otra "amiga" ya estaba aparcado afuera.

-Bien, hora de irnos.

Haruka pasó por la casa a buscar otras pertenencias de valor, arrepintiéndose de no pasar a la armería por una pistola de grueso calibre al cerrar la valija. Michiru le ayudó llevando sus cosas hasta el convertible, y no cuestionando su decisión, que entendía como un distanciamiento aún mayor.

-Espero regresar a casa pronto- Sailor Urano no se refería al planeta tierra sino a su hogar. A la familia que juntas estaban construyendo.

-Estaré esperándote- Sailor Neptuno se acercó a besar su mejilla, y su beso de despedida fue aceptado con pesar y correspondido por otro en sus labios.

-Gracias por respetar mi espacio.

Setsuna observaba los árboles del jardín para no invadir las migajas de encuentro entre sus compañeras. Necesitaban de ella para abrir el portal entre galaxias más en ningún momento preguntaron su opinión sobre lo que consideraba una locura, un peligro espacio temporal. Le preocupaba ChibiUsa, pero como la conocía estaba segura de no poder convenserla en su terquedad.

A través del universo: Una historia de Sailor moon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora