"Me dejarás dormir al amanecer, entre tus piernas" En la ciudad de la furia, Soda Stereo.
Dos meses despues.
Desde su comodo asiento, las luces de la torre de tokyo a la distancia. El balcón, minimalista, le resultaba de catalogo, no esperaba menos cuando Haruka le mencionó haber encontrado el lugar perfecto, lo que si le sorprendía era la facilidad con que había aceptado esa invitación.
-La cena está servida- Haruka, en camisa y pantalón de vestir bajo su pulcro delantal de cocina, la incitaba a entrar. La incitaba a muchas cosas.
-¿Qué es esto?
Dos puestos, frente a frente, Haruka la estaba poniendo a prueba. Dos copas y una botella de vino fino. Tomó asiento acomodando su falda, lo suficientemente corta como para pegarse a sus muslos y dejarlos expuestos. Haruka no flaqueó ante la vista y le presentó los platos.
-Como aperitivo crema de zanahorias y coco, risotto de champiñones y aceite de trufa como plato fuerte.
¿Cómo sabía Haruka que había dejado la carne? No se habían visto desde el arribo de Usagi y Seiya. Maldita fuese Seiya y su boca floja. Comenzaba a parecer un complot, pero la idea de Haruka preocupandose por que cocinarle le excitaba de una manera poco usual, una satisfacción particular y propia, no la reconocía. Se llevó la copa de vino a los labios como esa noche en que terminaron en el baño de una nave antes de una guerra interestelar, entre siglos y segundos.
-¿Qué hay del postre?
Haruka se sentó sin despegarle la vista, sus labios moviendose, desprendiendo sensualidad con cada silaba.
-No seas impaciente.
-Nunca he sido paciente.
Probó la crema y dejó saber con sonidos cuando le había gustado, Haruka cocinaba excelente como no podía ser de otra forma. Sabía jugar, y quería ponerla al limite, quería que tirara la cena al piso y la tomara sobre la mesa solo para negarse. La tierra le estaba dando sorpresas, casi podía decir que le agradaba, Haruka era un dulce agregado a conocerse por fin. Yaten amaba que le admiraran aunque jamás fuese a admitirlo. Lamió la cuchara al terminar el bocado, entregando su placer culinario a los ojos de su presa.
"-Yaten va a volverte loca- una llave la había enviado directo al suelo con Seiya aterrizando sobre ella y Haruka evitó mirarle el escote que se estrujaba contra su karategui.
-No necesito tus consejos- le respondió, odiando que Usagi fuese incapaz de guardarle un secreto a la chismosa de su novia, quien tambien era su compañera en el dojo de MMA.
-Los vas a necesitar si no quieres pasar por su vida sin gloria...
La frase la fastidió"
Al carajo la comida, pensó, la mesa de roble macizo podía soportar el peso de ese cuerpo pequeño estirado sobre su espalda, y la comida pasó a ser parte de la fantasia. No lanzó los platos al suelo porque los necesitarían luego, unas horas antes Seiya le había advertido lo que ya sabía. Yaten tenía la capacidad de desquiciarla con sus juegos de seducción. Comió el risotto, jugando con el tenedor antes de llevarlo a su boca, que Yaten supiera que aun no definían ninguna ganadora, mucho menos las reglas. Aceptaba a ciegas, que esa petiza hiciera y deshiciera, aceptaba, no sabía que.
-¿Cómo va la vida de soltera?- tomó un hongo con los dedos y lo saboreó, lento, disfrutando las especias terrestres. Relamió sus dos dedos para seguir el espectaculo visual que la estaba divirtiendo tanto. Haruka no respondió, cubrió su boca con su nariz rosando el canto de su nariz con su dedo indice, Yaten juraría que no parpadeaba- tomaré eso como un bien.

ESTÁS LEYENDO
A través del universo: Una historia de Sailor moon.
FanficEl amor despues del amor. Si Usagi Tsukino pudiera elegir entre el amor y la justicia, elegiría el amor. Si Sailor moon tuviera que elegir, elegiría la justicia, aunque eso implicara reescribir su destino. Usagi juró que al entregar a Mamoru, una...