A través del universo: Una historia de Sailor moon.

Parte 23: Verdad

"Prenderemos fuego al cielo. Nadie ilumina mis ojos como tú! - Francisca Valenzuela. 

Llegaron con Makoto, Ami y el resto tras arrastrarse sobre sus abdomenes para no ser vistas. Las rebeldes conocían tecnicas nuevas que a Seiya le hacían cuestionarse cuanto había empeorado la represión en su ausencia.

-¿Sailor Moon?- preguntó Jupiter al recibirles. 

-No quiso venir. 

Mala cara desde el primer momento, no iba a mentir, tampoco a ser tan grafica como para explicar que no hubo quien pudiera sacarla de ese cuarto pestilente donde de rodillas al lado de lo que quedaba de Haruka, presionaba a su cristal de plata para revivir a sus muertas. Seiya insistió en acompañarla, luego cuando se rindió con esa idea insistió en llevarsela. No podía soportar dejarla sola ahí, la negativa verbal fue una cosa pero los golpes al intentar arrastrarla con ella fueron otra. Estaban peleadas, Usagi estaba molesta con ella y no sabía por donde comenzar para remediarlo cuando una guerra civil explotaba sobre sus cabezas. Marte se había quedado con ella, sin dirigirle siquiera la mirada, y otra de las rebeldes que tenía por encomienda no abandonar a la rehen más importante. Se mordía la lengua. Amaba a esa mujer, como la amaba... pero tambien amaba a Kakyuu, y desconfiar de ella no estaba en su naturaleza, y se daba asco por haberse convertido exactamente en la persona que Kaji describía, la perra traidora. Elegía a su pueblo por sobre Kakyuu, tambien sobre Usagi porque ella ya lo había hecho antes y aunque el resentimiento se mantenía oculto en un momento así salía a flote como frase para coronar la discusión en su cabeza. La que terminaba con ellas desnudas besandose al lado de un cuarto lleno de muertos. Necesitaría buscarse eso que los terrestres llamaban terapia porque la situación trastornaba a cualquiera y era evidente que no se encontraba en su maximo nivel de cordura. 

Si, elegía a su pueblo por sobre su soberana pero tampoco quería hacerle daño. Trataba y trataba de entender sus decisiones y no lo lograba. La estaba cuestionando más no juzgando. A Usagi no la cuestionaba, dolía pero entendía y abrazaba el resentimiento de haber sido rechazada y enviada de regreso a Kinmoku sin preguntarle lo que realmente quería, quedarse en la tierra y empezar una nueva vida. Seiya reconocía su falta de responsabilidad afectiva y no quería romper el corazón más valiente de la galaxia porque no podría soportar la culpa. 

Un golpe a la pared que sacó a todas de sus conversaciones mustías. Lo entendía, al mal agradecido de Mamoru Chiba. Amar a Sailor Moon aterraba como la misma muerte, amar a Usagi tsukino desquiciaba. Y a Seiya no le importaba caer al pozo de la locura con tal de seguir saboreandola pero debía solucionar el mal tercio... Luego de exponerle a Taiki sobre la nueva estrella. 

Las tres Starlights sentadas en un rincón de la base, compartiendo un panecillo que Makoto escondía para Usagi, ya pasado en días de tanto esperarla. Taiki había visto la estrella al mirar arriba antes de la batalla pero pensó que podrían lidiar con ello tranquilamente una vez terminada la gira por Kinmoku. Yaten, más taciturna que de costumbre, solo asentía. 

-Pensé que no te quedaban familiares vivos- Taiki extendió la mano a Sailor Mercury, quien al oir la conversación vio necesario representar a las senshis solares en ese intercambio de información. Seiya dudo si continuar o no con la historia. Desconfiaba hasta de su propia sombra. 

-Eso creía pero estoy segura de que no está mintiendo. Lo que no sé es como no la sentimos nacer si es menor que yo. Es imposible que una semilla mute a semilla sailor son la interrupción de poderes oscuros. 

Taiko dudo. 

-No necesariamente... A veces, en muy contadas ocasiones existe registro de satelites naciendo por casualidad, accidentes estelares las provocan al encapsular la energia gasesosa. En ese caso la semilla debió nacer cuando llegamos a Algorab que fue cuando la ví por primera vez.