-Haruka vas muy rápido.
La piloto ignoró la advertencia de cabeza de Bombón, su razón continuaba procesando la información recibida en el mirador.
"-Pensé que ustedes tenían una relación, ya sabes, así. Supuse que lo sabías... "
Le había dicho ella, tras ponerse a llorar y abrir su corazón sin maldad alguna, contándole de esa noche en la que al entrar al departamento de Mamoru reconoció la funda de violín cuidadosamente puesta sobre la mesa y no tuvo que preguntarse de quien eran los gemidos que hacían eco a su alrededor. La noche que había fracturado su futuro matrimonio.
"-Lo sabía"
Mintió. Protegería a Michiru sobre su propio honor y con todas las mentiras que fueran necesarias. No le dolía el hecho en si, acostarse con otras personas solo estaba permitido tras ser conversado con antelación, siempre y cuánto ninguna objetara a la persona.
Y Haruka le había preguntado, no una sino tres veces, si las cosas con Chiba estaban tomando aquel rumbo, recibiendo negativas tranquilizadoras.
El universo, único Dios en el cuál creía, sabía bien que era capaz de perdonar un desliz, pero una mentira significaba otra cosa para alguien tan franca como Sailor Urano.Derrapó con la moto, asustando a Usagi, frente a la gran casa que compartía con su novia y Setsuna. No fue suficiente con tener que soportar a Pluto obsesionada con el principe Endymion por todas las eternidades y reencarnaciones, tenía que hacer caer a su Michiru y romper a su princesa con una sola jugada. Todo el respeto que conservaba por su memoria se esfumó. Si hasta podía entender a esa estupida de Sailor StarFighter, pero antes de admitirlo se sacaba la lengua.
-No quiero pasar- Usagi se acomodó su falda escolar tras sacarse el casco.
Ella y su poca capacidad de guardarse cosas, nunca podría ser la muchacha misteriosa que las revistas que leían con Mina le explicaban como ser. Como Michiru, encantando el aire que exhalaba a su paso. Evitarla le estaba resultando facil, casi como si la violinista estuviera haciendo los mismo, pero ahora lo había arruinado. Haruka le dijo que si sabía pero Usagi la conocía como la palma de su mano, y pudo percibir el brillo cristalino de unos ojos tristes al abrir la boca.
-No digas tonterias, ChibiUsa está estudiando con Hotaru. Entra, come algo y luego saco el auto y las dejo en su casa.
-Haruka san, estoy cansada de ser una carga para ti.
Así se sentía, el tiempo pasaba y el dolor no desaparecía, pero lentamente se acostumbraba a vivir con el fantasma de Mamoru, según el libro que Ami chan le obsequió en navidad, y que ojeó un par de veces solo para inducirse el sueño porque su mamá ya no le daba de esas pastillas milagrosas, y había conocido a un nuevo compañero nocturno, el insonmio. La vida le daba con lo que más amaba, no cabía duda. Haruka se había convertido en su sombra, las visitas diarias de las chicas se habían espaciado cuando decidió regresar a la escuela con normalidad, pero no había fin de semana en que no viera el convertible de Urano estacionado justo abajo de su ventana.
Urano le cogió la mano, y sin contestar lo que le parecía un insulto la dirigió hasta enorme pero minimalista sala de estar.
-¡Haruka no me ignores!- un pequeño puchero al dejarse caer con pereza sobre el sofá.
Se sentó a su lado, cruzandose de piernas y con la mano le buscó el rostro. Sujetandola suave pero firme al mismo tiempo, sus mejillas ardian.
-No quiero que vuelvas a decir eso, cabeza de bombón. Jamás. Escuchame bien, jamás serás una carga para mi... ¿Entiendes?
Usagi asintió. Con un demonió, pensó, ¿Acaso no había nadie más en esa mansión? ¿Alguien que la salvara de abalanzarse sobre esos labios otra vez? El rostro de Haruka de pronto era el de Mamoru, agradeció, de un respingo se apartó hasta el extremo del sofá. No quería besarla, pero palpar su piel contra la de alguien más se sentía demasiado bien. Haruka siempre se sentía muy bien.
-¡Usagi!- la voz chillona de su hija cortó la comunicación no verbal casi telepata que estaban teniendo.
-¡ChibiUsa! ¡Hotaru!- sonrió nerviosa Usagi- ¿Cómo estuvo la tarde de estudio?
-Hotaru sabe mucho más de ecuaciones que tú- mofó la más pequeña haciendo sonrojar a su amiguita- es casi tan buena como Ami.
-Espero serlo algun día.
-Y lo serás- Haruka le revolvió el cabello a su hija adoptiva al ponerse de pie- ¿Ya cenaron? ¿Dónde están Michiru y Setsuna?
Usagi tembló. No quería presenciar ese encuentro y sentirse culpable tambien por eso, aunque ya lo hacía.
-En el laboratorio de Setsuna- dijo Hotaru con su calma caracteristica- Nos dijeron que no salieramos del cuarto, al parecer Sailor Venus y Sailor Mercury están con ellas, me pareció escuchar otras voces pero ChibiUsa no dejaba de quejarse por la tarea- era el mayor conteo de palabras que le había oido a Saturno.
-¡No es cierto!
La mirada que cruzarón fue de una complicidad completamente distinta, Sailor Moon permanecía escondida dentro de su vida cotidiana, sin salir a superficie desde aquel día. No podía, no quería. No había motivo para que sus amigas se presentaran de sorpresa con las inners senshis. No quería. Su respiración se aceleró. ¿Estaba perdieron sus poderes? ¿Por qué no había sentido ninguna amenaza acercarse a la tierra? Retorció las piernas, repitiendose a si misma que Galaxia ya no existía, que todo estaba bien y las chicas a su alrededor relentisaron sus movimientos, era una crisis. No podía olvidar respirar.
Inhalar, exhalar.
Mamoru desapareciendo en de su vista en repetición.
-No quiero, no, no de nuevo- se dejó dominar por el pánico, queriendo correr para huir pero la mano de Haruka atrapó su brazo en el acto. Ya no habían petalos flotando en torno a ella y la melodía se había esfumado.
-Respira, todo está bien.
-No... Algo pasa, algo está pasando. Haruka San no puedo.
-Si puedes, vamos a entrar ahí y verás que todo está bien.
¿Cómo podía convencerla de algo que tampoco sabía? Todo el asunto con Michiru podía esperar, pero la reunion en el laboratorio no. Urano arrastró como pudo a su princesa y sin permisos hizo acto de presencia en la temida junta sin soltar el brazo que temblaba bajo su agarre.
La vista la engañó, no era posible. Arqueó la ceja, tres figuras le daban la espalda y se encontró con el rostro de Michiru, conflictuado. Que Mamoru se quedara en el infierno en el que estaba otro poco, su novia estaba preocupada.
-¡¿Qué está pasando aqui?!- exclamó, volteando a la silueta de en medio- ¿Qué demonios haces tú en mi casa?
-Ese si es el recibiento que esperaba- Seiya no se dejó intimidar, viendo como Usagi se asomaba asustada tras la figura de la odiosa de Urano. Eso si la intimidó, no estaba preparada (De haberlo estado se habría dirigido directo a su casa y no al centro de juegos Crown donde se encontraron con las chicas de casualidad)
Seiya lucía igual, como si nunca se hubiera ido. Pero su presencia traía demasiado consigo y Usagi no podía con todo lo que desbordaba en su espiritu. Su vista se nubló y su voz se quebró, enmudeció.
-Ignorando esta serie de encuentros incomodos- Sailor StarHealer rompió la tensión en nombre de todas- estamos aqui por petición de la princesa Kakyuu, necesita de tu ayuda... Sailor Moon.
-Qué descaro- fue lo ultimo que Usagi pudo escuchar de Haruka antes de que sus piernas perdieran fuerza sin poder evitar el desmayo.
-¡Bombón!
Le pareció sentir a Mamoru sostener su peso antes de llegar al suelo y divisar sus ojos azules entre la nebulosa. No, no era Mamoru. Era Seiya, salvandola, recogiendola del piso, igual que ese atardecer en la azotea de la escuela.
N.A: ¿Les gustó el cap? Sufrí al escribirlo pero la emoción de volver a las letras pesa más. Espero sus feedbacks, besitos besitos chau chau.
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A través del universo: Una historia de Sailor moon.
FanfictionEl amor despues del amor. Si Usagi Tsukino pudiera elegir entre el amor y la justicia, elegiría el amor. Si Sailor moon tuviera que elegir, elegiría la justicia, aunque eso implicara reescribir su destino. Usagi juró que al entregar a Mamoru, una...