𝟎𝟏𝟔 // 𝐒𝐧𝐚𝐩𝐞 𝐨 𝐆𝐫𝐢𝐧𝐝𝐞𝐥𝐰𝐚𝐥𝐝?

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— ¿Sorprendido?— preguntó Lily burlesca.

— Esto no puede estar pasando, pensé que podría... tú y yo...

— Querías aprovecharte de ella.

— Yo... no, yo n-no.

— Mentiroso, creo que no deberías de mentirnos a lo que te preguntemos, ¿no es así, linda?

— Cierto. Diggory, lo primero que te voy a ordenar es que no nos mientas con cosas tan... delicadas...

Cedric se quedó quieto, aún sin poder creer en qué se había metido. Un escalofrío recorrió su espalda y sus piernas temblaron mientras su orina manchaba sus pantalones y la alfombra sobre la que estaba parado, no quería morir solo por mentirle a ese par de seres tan deplorables y tramposos. Ese par de demonios terrenales que se habían metido en su vida, y ahora tenían pleno control de esta.

— Lárgate de una buena vez y regresa hasta mañana a las 8 de la noche, tendré que limpiar tus orines de mi alfombra— Lily lo empujó con fuerza hacia la puerta, haciéndolo golpearse la cabeza al caer y aquello no ayudándolo a poder levantarse rápido— ¿Qué no escuchaste?¡Lárgate de aquí!

El joven obtuvo un golpe en la cara antes de ser lanzado hacia el pasillo como basura que solo era usado para el fin que Riddle y Grindelwald querían, para ellos, él no valía más que eso. Con los minutos se pudo levantar y apenas lo hizo se encontró con el murciélago de las mazmorras.

— Señor Diggory, ¿despertando de una pesadilla de niñato?

— No señor, y si así lo fuera, ¿qué le importa?

— Bueno, me importa porque vi que salió de la habitación de la señorita Riddle lo que le merece un castigo. Pero le daré una oportunidad para aminorar ese castigo, ¿qué hacía ahí adentro?

— Yo... la invité al baile de invierno.

— Ah, supongo que le dijo que no y por eso está... así.

— Aceptó ir conmigo, señor.

Snape se quedó helado al escuchar que su Lily aceptó ir con un esquincle que ni siquiera era capaz de aguantar los nervios adecuadamente, manteniéndose seco. Eso le dio una ola de ira e inseguridad por volver a ser cambiado por un idiota mimado, arrogante y mujeriego, un cerdo como James Potter.

— Enhorabuena, pero lamento informarle que estará usted tan cansado con las detenciones que le daré, que no podrá ir al baile con su cita. Espero con ansias que la dama encuentre una pareja más formidable. Lo veré mañana a las 8 de la noche, Diggory, lo haré limpiar todas las noches un área distinta del castillo para que quede reluciente para el baile.

— Pero el baile es en 21 días, señor...

— Bueno, entonces váyase mentalizando en todo lo que va a trabajar. ¡PERO NO PIENSE MAL! No solo van a ser 21 días de castigo, señor, mentalícese para tener detención por nada más y nada menos que dos meses. Váyase a limpiar ahora y luego derechito a su sala común, no quiero verlo.

Cedric se fue a paso apresurado del lugar, dejando a Snape solo junto a la entrada de el cuarto de Lily.

— Por el bien mayor— le indicó al cuadro de Merlín y este lo dejó pasar, encontrándose con Lily recargada en su escritorio, viendo cómo un elfo limpiaba a mano los orines del Hufflepuff.

— No quiero que quede ni rastro— le ordenó antes de darse cuenta de la presencia de Severus— ¿Qué haces aquí?

Lily volteó a ver rápido alrededor suyo y vio la puerta del baño entrecerrada, suponiendo que Grindelwald ahora se encontraba ahí.

𝑶𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒕𝒖... // 𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora