𝟎𝟎𝟗 // 𝐏𝐫𝐮𝐞𝐛𝐚 𝐝𝐞 𝐕𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚𝐬

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Los días siguientes no fueron tan buenos para Lily, el colegio entero no sabía si apoyar a Lily o a Potter; por un lado, Lily era la hija de Voldemort y la indeseada, y por otro estaba Potter que había entrado al torneo sin tener la edad haciendo trampa.

Después del momento de indecisión del colegio, todos comenzaron a apoyar a Lily menos los Gryffindor que se alegraban de ellos también tener un campeón y no solo los Slytherin, pronto la gente se le comenzó a acercar para ser amigos de la seleccionada de Hogwarts. Lily continuó relacionándose con Theodore Nott y Viktor Krum ignorando a las demás personas cuando le hablaban por pura hipocresía.

– No me jodas, creo que prefería cuando todos me odiaban– Lily caminaba rápido junto a Krum y Nott mientras eran seguidos por un grupo de alumnos de Hogwarts que se querían juntar con Lily.

– No imporrta, al final a ellos solo les llama la atención nuestra fama– respondió Krum volteando hacia atrás y mirando a Pansy que se había vuelto asquerosamente amable con Lily– Les toca pociones, ¿no? Nos vemos al rrato.

– Está bien, adiós– le dijeron Nott y Lily a Krum quien cambió de rumbo hacia el barco de Durmstrang seguido de una parte del grupo que los seguía en un principio.

– Que maravilla, clase doble de pociones...– dijo Nott cansado y Lily bufó divertida.

– Al llegar vio a otros Slytherin portando cada uno una insignia bien grande en la pechera de la túnica, tenían unos caracteres luminosos rojos, que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado:


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Lily se quedó un poco alejada del grupo junto a Nott, y pronto vio llegar a Potter que notó las insignias.

– ¿Te gustan, Potter?– preguntó Malfoy en voz muy alta, cuando Potter se aproximó– Y eso no es todo, ¡mira!Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde:


POTTER APESTA


Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados.

– ¡Ah, muy divertido!– le dijo Granger a Parkinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie– Derrochan ingenio.

– ¿Quieres una, Granger?– le dijo Malfoy, ofreciéndosela– Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.

De la nada, Potter sacó su varita y apuntó a Draco, todos los que estaban alrededor se apartaron y retrocedieron hacia el corredor.

– ¡Harry!– le advirtió Granger.

– Vamos, Potter– lo desafió Malfoy con tranquilidad, también sacando su varita– Ahora no tienes a Moody para que te proteja. A ver si tienes lo que hay que tener...

Se miraron a los ojos durante una fracción de segundo, y luego, exactamente al mismo tiempo, ambos atacaron:

– ¡Furnunculus!– gritó Potter.

– ¡Densaugeo!– gritó Draco.De las varitas salieron unos chorros de luz, que chocaron en el aire y rebotaron en ángulo. El conjuro de Harry le dio a Goyle en la cara, y el de Malfoy a Granger. Goyle chilló y se llevó las manos a la nariz, donde le brotaban en aquel momento unos forúnculos grandes y feos. Granger se tapaba la boca con gemidos de pavor.

𝑶𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒕𝒖... // 𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora