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No e vuelto a ver a Ava desde que salió de mi habitación, Merdith me dijo que había salido, así que cene solo, tomé un baño y aquí estoy, esperándola, demasiado nervioso que mis palmas están sudando, las froto sobre la sábana del colchón para secarlas.

La puerta es abierta y entra ella, jadeo observándola, solo está usando un top negro ajustado al igual que sus boxer, noto el bulto en ellos y bajo la mirada avergonzado.
Solo estuve una vez con ella, esto es aún nuevo para mí.

-Levantate - se acerca, su olor llega a mí, tan fuerte y delicioso como la primera vez que lo conocí.

Inhaló profundamente y con piernas temblorosas me levanto de la cama, mi vista sigue en el piso aún avergonzado, puedo sentir su mirada intensa en mí escaneándome y me sonrojo, los calzoncillos me quedaron a la medida, demasiado bonitos y suaves, la verdad me gustaron mucho.
Posicionándose frente a mí toma mi mentón levantando mi cara.

- Ponte de rodillas - ordena viéndome fijamente.

Acato su orden sin quitar la vista de sus ojos, son tan grandes que me cautivan.
Una vez en el piso veo como sonríe sin mostrar los dientes, mi corazón se acelera incluso un poco más.

- Bajame los calzoncillos -  vuelve a ordenar.

Ay diosa quiere que sea yo quien la desnude dame fuerza.

Bajo la vista a su ropa interior, trago grueso y tratando de ignorar el gran bulto, alzo ambas manos sujetando el elástico y tiro de el hacia abajo sacandóselo por completo. Cuándo alzo mis ojos me encuentro con su longitud erecta ante mí, abro totalmente mis ojos, estoy seguro que mis mejillas no pueden estar más rojas.
Lo tengo tan cerca de mi cara que diosa mía, muero de vergüenza.

Sujeta mi cabello con una mano y con la otra sostiene su miembro en dirección a mis labios  - Abre la boca, vas a mamármela hasta hacerme venir, y te tragaras todo lo que te dé -

*¿Qué?, ¿Qué quiere que haga qué?*

Sin darme tiempo a decir algo más lleva su punta a mis labios, puedo sentir que está algo húmedo y su textura es muy suave, los recorre dejándomelos babosos.

- Abre - ordena

Abriendo mi boca, introduce una parte de su miembro, así que esto es lo que quiere, que le chupe su pene, es algo grande, no creo que pueda meterlo todo a mi boca.

-Sin dientes, si llegas a morderme te los tumbo- gruñe

Asustado abro más para evitar que los vuelva a rozar, nunca había hecho esto, no tengo idea de cómo hacerlo, aprieta mi cabello moviéndome hacia adelante introduciendo un poco más su longitud, siento que llega a mi garganta causando que me den arcadas y me retiro hacia atrás rápidamente, lo último que quiero es vomitarle encima, respirando para tranquilizarme, vuelve a hacer lo mismo,  sujetarme del cabello y meterlo hasta el fondo, lo hace unas cuantas veces más hasta que mis lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas, no puedo evitarlas, se me empieza a dificultar respirar.

Retirándolo un poco, empieza a moverse hacia mí, ahora con ambas manos sujeta mi cabello e inicia un vaivén de meterlo y sacarlo rápidamente de mi boca, mi baba escurre de mis labios mojando mi pecho, mi mandíbula está entumecida, sigo sin poder  respirar bien, sus movimientos hacen que emita un sonido obsceno desde mi garganta retumbando en toda la habitación silenciosa, mi vista se empaña en más lágrimas, alzo la vista viéndola, Ava está mordiendo su labio mientras me observa, esa mirada que brilla en deseo me abraza, sin dejar de vernos, lo introduce hasta el fondo ahogándome, pongo mis manos en su cadera tratando de hacer que retroceda, la empujó cuando hago el primer sonido e inmediatamente después algo caliente llena mi boca, parpadeo continuamente por la sorpresa, un líquido caliente entre salado y dulce me abunda, la sensación me hace entumecer mi lengua, sin poder evitarlo se me derrama un poco por mi labio inferior pero todo lo demás lo paso por mi garganta adolorida.

Mi Mercancía PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora