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Espero ya listo en la cocina por Ava, no quería levantarme pero Merdith me convenció de hacerlo.

- ¿Desayunaste? - cuestiona Ava cuando entra y me ve sentado.

No hablaré con ella. Giro mi cabeza hacia otro lado.

- ¿Merdith? -

- Muy poco señora -

- Vamos Liam -

Me levanto y la sigo, tengo el cuerpo tenso, lo que menos quiero es estar junto a ella, quisiera golpearla y a mi también por ser tan tonto.

Me abre la puerta del auto y me subo, Ava me abrocha el cinturón y aún sigo sin decir nada, solo viendo por la ventana mientras salimos del vecindario.

Me duele la cabeza, me duele la espalda, me duele el abdomen, pero mas me duele el corazón.

Quisiera desaparecer, quisiera poder dejar de respirar, quisiera regresar el tiempo.
Aún no entiendo que es lo que e hecho mal para que me pase esto.
Es muy injusto.

Llegamos a lo que creo es el hospital, pero esté es pequeño, entramos y hay una mujer pelirroja detrás de una barra.

- Señora Ava, adelante, el doctor la está esperando - sonríe amable.

- Gracias - contesta ella pero sin la sonrisa.

Por supuesto, si la amabilidad no está en su vocabulario.

Me guía por un pasillo y entramos a otra puerta.
Un hombre calvo con anteojos nos recibe igual con una sonrisa amable.

- Señora Ava, siéntese, ¿En qué puedo ayudarle? -

- Necesito que lo revises - dice Ava y me jala sentándome en la silla negra enfrente del médico - Tiene anemia y también tuvo un aborto -

- Oh, entiendo, ¿Cuál es su nombre y cuántos años tiene? -

- Se llama Liam y tiene 20 años, lo demás es innecesario -

Cuanta grosería de su parte.

- Claro, bueno - se pone de pie y viene en mi dirección - Ven aquí Liam, siéntate en la camilla que voy a revisar tus signos -

Sin decir nada me levanto y hago lo que me pidió. El médico me revisa el cuerpo con la cosa que cuelga de su cuello, no tengo idea de cómo se llama.
Ava se mantiene sería observándonos.

Ignoro sus ojos que siento como me taladran.

- Tiene el pulso algo débil, ¿Cómo está tu lobo Liam? - el doctor me ve esperando la respuesta, pero que le diré, ¿Que no lo siento?.

- Está muy débil, pasa desapercibido - Ava contesta y con eso la veo.

¿Cómo puede saberlo?, Si yo no puedo.

- Tal vez se esté deprimiendo por el aborto, los omegas son demasiado sensibles referente en perder a sus crías, debemos tomar acción o morirá -

¿Qué?, Mi lobo puede morir, oh no luna, porfavor que eso no pase.

- ¿Cuál es el tratamiento? - rápidamente cuestiona Ava.

- Reposo y estar con su pareja, que está le de la fortaleza que va necesitar, mucho tratamiento de feromonas también - el doctor se aleja y se dirije a Ava - Iré por la máquina de ultrasonido, en un momento regreso -

Ava asiente y el doctor sale de la habitación.

Nos quedamos en silencio y puedo percibir que se acerca a mí. Me incómoda que se quede observándome, ¿Que más quiere?.
Ya me lastimó, ya hizo que perdiera a mi cachorro.
Veo el piso blanco de la habitación rezando porque venga rápido el médico.

Mi Mercancía PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora