Ava
Abro los ojos y observo a Liam a mi lado completamente dormido, ¿Cómo es posible que este enano haya descubierto lo que me empeñaba en esconder?
Debí haber checado lo que contenía el libro, salió más vivo de lo que pensé.
Creí que por su ignorancia no tendría idea de nada pero veo que tiene bastante curiosidad por aprender, y eso es algo bueno.Que no se quede estancado es admirable.
Me sorprendió bastante.Sin hacer mucho ruido me levanto sin antes impregnar la almohada con mi aroma, veo como se remueve y se aprieta en ella.
Parece un pequeño cachorrito indefenso.
Su lobo aún está débil, demasiado triste.
Será algo difícil sacarlo de ahí.
Pero no imposible.No voy a engañarme ni pretender que no me dolio la perdida, claro que sí, pero no puedo ser débil, si dejaba que creciera todo se echaría abajo, Lily se enteraría y es la que más me interesa tener contenta.
Todos estos años de planeación serían una perdida, a pesar de tener a Liam conmigo debo actuar inteligentemente, su llegada atraso mis movimientos por lo que debo aguantar a idiotas a mi alrededor un poco más.
La recompensa lo valdrá.Mi loba está tan molesta y algo triste también, ya vendrá otra oportunidad.
Me voy a mi habitación a darme una ducha. Tengo que ir a mi oficina a verme con Lindsay. La madre Omega de Lily.
Estoy esperando información de su parte. Lo que me diga decidirá mi siguiente movimiento.Rápidamente salgo y me visto como siempre que voy hacia aya, camisa negra y pantalones formales igual de oscuros.
- Merdith - menciono una vez me la encuentro en la cocina.
- ¿Si señora? -
- Te encargo a Liam, voy a trabajar -
- Por supuesto -
- Cualquier cosa me llamas -
Asiente y yo salgo de ahí rumbo al casino.
Puedo confiar en Merdith, tantos años a mi lado e observado como trabaja y es de mi agrado.
No soy tonta, sé que habla mucho con Liam.
Pero no me molesta, para mí está bien que el enano tenga a alguien con quién hablar, mayormente yo estoy ocupada.Cuando llego al lugar entro rápidamente saludando a los empleados que limpian. A esta hora de la mañana no hay mucha gente en el juego, solamente en el restaurante.
Me dirijo a mi oficina y cuando entro el aroma de Lindsay me golpea, ya está esperándome sentada en mi escritorio, con un vestido blanco cruzada de piernas, su rubio cabello brilla en esa cascada que llega hasta sus exuberantes senos.
Para su edad la verdad que es bella, Lily se parece mucho más a ella.
Tiene una cara traviesa, típico de Lindsay.
- Ava, por fin llegas - me recibe.
- Las reuniones temprano no son lo mío -
De hecho las odio.
Me desvelo mucho aquí y tener que madrugar después es horrible.
Solo que para Lindsay es la única hora que tiene libre sin tener que dar explicaciones.A veces debemos hacer sacrificios para conseguir lo que queremos.
Se baja y se acerca a mí tomando mi cuello, alza su mentón viéndome, estando así de cerca puedo notar sus leves signos de edad, su aroma a melón más tenue da a conocer lo madura que es.
Más vale hablar antes que se lanze y no haya vuelta atrás.
- ¿Entonces? - pregunto.
- Jack se lo dejo todo a nuestra hija, a mi nada - hace un puchero con sus pequeños labios rojos - Ni siquiera un solo vaso de la cocina, no estoy segura que pueda persuadirlo - responde entre molesta y triste.
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Mi Mercancía Personal
Non-FictionA la alfa Ava le encanta humillar, A la alfa Ava le encanta abusar físicamente, A la alfa Ava le encanta el poder que tiene en la jerarquía, pero lo que más le gusta es comprar pequeñas cosas, y más aún, tratarlas como cosas. Entre esas cosas se en...