Capitulo 10 - ¿Reencuentro?

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- ¿Y tu quien eres? - Pregunto Shiruma confundido ante la presencia de quien creía era una desconocida.

- Tu eres a quien buscaba, Shiruma - Exclamo la chica mientras levitaba hacia el.

Crono Trascendencia: Extracción

Con un movimiento veloz y casi imperceptible, como si hubiera ejecutado un acto de teletransporte, la misteriosa figura se deslizó hasta situarse detrás de Shiruma. Con una destreza asombrosa, apenas perceptible para los presentes, hundió ligeramente su uña en el cuello de Shiruma, provocando una pequeña herida que empezó a manar sangre. El silencio se volvió palpable en la cueva, mientras todos observaban con asombro la habilidad y precisión con la que esta enigmática figura había logrado acercarse y herir a Shiruma, sumiendo a todos en un profundo desconcierto sobre quién era y cuáles eran sus verdaderas intenciones.

- Con esto será suficiente - Fue ahí cuando un pequeño recipiente se formo con su uña encapsulando la muestra de sangre - Sigues tu - Dijo señalando con su dedo índice a Jigouke, haciendo lo mismo se posiciono detrás de el aunque al clavar su uña ocurrió algo inexplicable, este mismo no sangro y diversas líneas comenzaron a aparecer en su cuerpo como si de articulaciones de una marioneta se tratase.

- Bruja estúpida - Rio   ̶J̶i̶g̶o̶u̶k̶e̶  mientras giraba parcialmente su cabeza para mirarla - ¿Creíste que podrías extraer mi sangre tan fácil?

Preponderancia Leontina: Fatamorgana

Fue en el preciso momento en que Jigouke pronunció las palabras que su cuerpo comenzó a desvanecerse. A los pies de la misteriosa chica, se desplegó un torrente de aguas oscuras, las cuales se lanzaron hacia arriba adoptando la forma de cadenas que aprisionaron con firmeza los brazos de la chica.

- ¿Que? - Murmuro la chica con duda mientras forcejeaba con las cadenas.

- Ahora hermanito... - Se escucho un susurro proveniente del agua que formaba las cadenas, fue una ultima indicación de Jigouke a Shiruma.

Shiruma se puso de pie con dificultad al escuchar aquel leve susurro mientras ponía una mano sobre la herida causada por la extraña chica.

- No tengo ni la menor idea de quien seas pero, nos interrumpiste en un momento importante - Rio con arrogancia por un momento para después encorvarse y cubrir su puño con su otra mano.

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Su puño adquirió un fulgor ardiente de color rojo intenso, y sin vacilar un instante, se lanzó hacia la joven con la intención de asestarle un golpe demoledor. Sin embargo, en ese preciso instante, ella abrió uno de sus ojos, que se iluminó con un resplandor dorado. Este simple gesto provocó que Shiruma se detuviera en el aire, como si hubiera quedado petrificado por la influencia de aquel ojo dorado.

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- Shiruma quien se encontraba completamente congelado solo podía mover sus ojos parar mirar a su al rededor - ¿Qué a pasado? - Pregunto en su mente mientras hacia vanos intentos por romper aquel hechizo desconocido - No puede ser, ella es.... ¿Quién pienso que es?

- Te dejaré allí por un buen rato, Shiruma. Ya obtuve lo que quería - exclamó la chica mientras observaba el gran agujero sobre ellos - ¿Ahí está tu amiguito, verdad? ¿Cómo era que se llamaba...? - adoptó una pose pensativa - Ah, sí, Tsurul. Muy bien, nos veremos después, príncipe - dijo la chica con completa tranquilidad, regalándole una sonrisa maliciosa a Shiruma. Acto seguido, la chica voló hasta el gran agujero y, al adentrarse, logró divisar a lo lejos las figuras de Jiyumi y Tsurul, sentados sobre un montón de rocas - Tsurul Vigner, vengo por ti y también por esa humana junto a ti, ¡esa humana que fue maldita por las diosas! - anunció la chica con un tono desafiante, su voz resonando en la caverna como un eco amenazante. Los ojos de Tsurul se ensancharon al reconocer a la recién llegada, mientras que Jiyumi se puso detrás de Tsurul con miedo. El aire se cargó de tensión, anticipando un enfrentamiento que cambiaría el curso de su destino.

El Tercer Armagedón: RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora