- Unos cuantos pasos más adelante, Amaya agachó la cabeza y, acercando su mano a su rostro, retiró delicadamente su máscara, ejerció un poco de presión y esta se rompió en varios pedazos que cayeron al suelo - Qué ridículo es usar esto... - Murmuró, su voz cargada de desdén, los pequeños fragmentos en el suelo comenzaron a desvanecerse en simples partículas que fueron arrastradas por el viento, desapareciendo como si nunca hubieran existido - S-Martial, vámonos ya, la extracción fue un éxito - Ordenó con voz firme, mirando al clon, levantó uno de sus dedos y un brillo comenzó a rodearla, iluminando el entorno con una luz etérea.
- El clon se giró a mirarla y, con un tono serio y carente de emociones, respondió mientras negaba con la cabeza - Debo acabar con esos dos también - Aclaró, señalando a Dalver y Shiruma, quienes continuaban observando todo con creciente preocupación.
- Amaya simplemente suspiró y, como si rasgara el aire, abrió un portal frente a ella, similar al primero del que había llegado - Haz lo que quieras entonces, si te están matando, ni creas que vendré a rescatarte - Murmuró con desdén, adentrándose en el portal sin mirar atrás.
- El clon dejó escapar una leve risa al escuchar sus palabras - Sí, claro, "matarme", como tú digas, madre - Respondió con sarcasmo y así con paso decidido, comenzó a caminar de nuevo hacia Raijin, que yacía malherido en el suelo, fue entonces cuando se inclinó hacia él, con su sonrisa burlona y cruel - ¿Es todo lo que pudiste resistir?
- Raijin abrió los ojos con esfuerzo, mirando a su agresor con un claro odio, uno de sus ojos intentaba cambiar de color, parpadeando sin éxito, como una luz intermitente - No te lo permitiré... Yo voy a matarte antes... - Murmuró con esfuerzo, cada palabra era una batalla contra el dolor y la debilidad.
- Guárdate tus amenazas vacías para otra ocasión, porque tu estado lamentable digamos que... No te favorece mucho - Recalcó el clon con una risa burlona, inclinándose aún más, posó su mano sobre el pecho de Raijin, así con un fuerte estallido, comenzó a ejercer una presión tan abrumadora que la pared detrás de Raijin empezó a agrietarse, tomando la forma de su cuerpo - ¡Ustedes, los que están viendo, ni intenten escapar porque los encontraré! - Amenazó, dirigiéndose a Shiruma y Dalver, con un movimiento brutal, lanzó a Raijin contra el suelo y comenzó una frenética lluvia de golpes, cada uno más fuerte que el anterior, haciendo resonar los impactos en todo el lugar.
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El Tercer Armagedón: Renacimiento
Science FictionSumérgete en un mundo al borde del colapso, donde Jiyumi, una estudiante aparentemente ordinaria, guarda un secreto que cambiará el destino de la humanidad. Cuando se encuentra con Kenji, un enigmático individuo cuyo pasado está envuelto en misterio...