Sumérgete en un mundo al borde del colapso, donde Jiyumi, una estudiante aparentemente ordinaria, guarda un secreto que cambiará el destino de la humanidad. Cuando se encuentra con Kenji, un enigmático individuo cuyo pasado está envuelto en misterio...
- Raijin se detuvo frente a Tsurul y Dalver, su semblante confiado y su voz llena de soberbia resonaban en el campo de batalla - ¡¿No me escucharon, par de imbéciles?! ¡Les dije que es mi turno! - Reclamaba Raijin con voz áspera.
- Pero Dalver y Tsurul estaban tan concentrados en acabar con el clon que las palabras de Raijin se perdieron en el crujir del metal y los esfuerzos al lanzar sus ataques, el Puño Dracónico de Tsurul, formado en conjunto con Dalver, brillaba con una intensidad esmeralda, cada impacto resonando con la fuerza de un trueno, cada golpe era más fuerte que el anterior, y las ráfagas de golpes se sincronizaban perfectamente, propinando castigos severos al clon, quien ahora apenas reconocible, luchaba por mantenerse en pie, sus movimientos se volvían erráticos y lentos, mientras las partes metálicas que lo componían se desprendían bajo la presión de los ataques combinados, el Puño Dracónico de Tsurul seguía emanando una energía intensa, deformándose detrás de él y adoptando una forma extraña, casi como un espectro esmeralda, Tsurul, sin desviar su atención del clon, lanzó un último grito, canalizando toda su energía en un golpe final, la forma espectral detrás de él se fusionó con su puño, creando una explosión de energía que resonó por todo el lugar.
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- Dalver, con su guadaña envuelta en la misma energía esmeralda, miró asombrado el dragón formado a espaldas de Tsurul, una sonrisa de orgullo y nostalgia se dibujó en su rostro, retomando su arremetida, cortaba y desgarraba las partes metálicas del clon con precisión y fuerza. La coordinación entre él y Tsurul era perfecta, cada uno complementando los movimientos del otro en una danza de destrucción - ¡Ahora, Tsurul! - Gritó Dalver con voz firme.
Tsurul asintió, sus ojos brillando con determinación, canalizó toda su energía en un golpe final, su puño resplandeciendo con una luz cegadora, con un rugido poderoso, lanzó el puño contra el núcleo del clon, el impacto fue devastador, un estallido de energía que hizo temblar el suelo y resonó en todo el entorno, el clon, incapaz de soportar el ataque combinado, colapsó en un amasijo de metal y cables, la luz en sus ojos se apagó, señalando su derrota definitiva, el dragón espectral de Tsurul se desvaneció lentamente, dejando una estela de energía esmeralda que se disipó en el aire. Dalver y Tsurul se quedaron de pie, respirando con dificultad pero con una sensación de triunfo evidente en sus rostros.
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