Capitulo 31 - Ayuda Necesaria

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- Dalver, en un movimiento preciso, aterrizó junto a Jiyumi mientras sus alas se desintegraban en el aire, convirtiéndose en pequeñas escamas que se disolvían con el viento - Ya no te preocupes por él, con ayuda de mi técnica, esos impulsos oscuros dentro de él dejarán de nublar sus pensamientos y regresará a la normalidad - Afirmó, guiñando un ojo y señalando a Shiruma con su dedo índice.

- Mientras tanto, Shiruma, aún tendido en el suelo tras su intento fallido de apagar el fuego, se vio abrumado por un intenso dolor de cabeza al recibir la desconocida técnica, gritó de dolor mientras en su mente resonaban diferentes palabras: "Vive", "Deja ir tu tormento", "Cumple tu sueño", "Supera la dificultad", "Que el gran dragón esté contigo". Esta última mención de un "dragón" provocó un gruñido gutural, sus cuernos se contrajeron y el brillo en sus ojos comenzó a desvanecerse, la garra que había formado sobre su mano también se desvaneció, finalmente, abriendo los ojos y recobrando su cordura, Shiruma miró a su alrededor, comenzando a distinguir entre aliados y enemigos - ¿Dalver...? - Susurró confundido al verlo junto a Jiyumi - ¡Jiyumi! - Con un rápido movimiento, se puso de pie y corrió hacia ella para abrazarla -  Estás bien... - Suspiró aliviado pero noto algo inusual, su ojo - Espera... ¿Eso es...?, ¡¿Tu ojo es rosa?!

- Jiyumi se tensó momentáneamente al ser sorprendida por el abrazo, pero casi al instante se relajó y envolvió a Shiruma con la misma calidez que él le transmitía - Es algo raro... Pero no me duele ni nada, ocurrió cuando utilice el bastón para curar a Tsurul, supongo que después se pasara.

- Shiruma asintió y dejó caer su cabeza sobre el hombro de Jiyumi por un momento, pero notó cómo Dalver se acercaba a él - ¿Por qué viniste?

- Dalver movió la mano en un gesto despreocupado - Nada en especial, solo noté cómo tu Xirar subía y bajaba de manera anormal, así que supuse que algo andaba mal.

- ¿Qué? ¡¿Pudiste sentir mi Xirar desde Francia?! - Preguntó Shiruma sorprendido, levantando la cabeza y apoyando sus manos en los hombros de Jiyumi.

- ¿Sí? Pues... es lo normal, ¿no? - Preguntó Dalver con una risa nerviosa ante tal reacción.

- Eso no es normal en lo absoluto - Replicó Shiruma, mientras miraba de reojo hacia atrás y se percataba de cómo Raijin se acercaba hacia ellos con... ¿un mazo? Gracias al Xirar que robó de Shiruma, además de poder robarle sus técnicas, también pudo manipular aquella masa negra para poder moldearla a su gusto.

 ¿un mazo? Gracias al Xirar que robó de Shiruma, además de poder robarle sus técnicas, también pudo manipular aquella masa negra para poder moldearla a su gusto

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- ¡A un lado, Kenji! - Gritó Dalver, empujando a Jiyumi y Shiruma, este último instintivamente la abrazó y rodó en el piso en un intento por protegerla.

El impacto del mazo sobre el piso creó una gran fisura seguida de un estruendo ensordecedor, aquella técnica combinada con la exuberante fuerza de Raijin era motivo de alarma, ahora, Dalver y Shiruma serían quienes se enfrentarían a Raijin para detener su encomienda: el asesinato de Mastema Shiruma.

El Tercer Armagedón: RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora