Sumérgete en un mundo al borde del colapso, donde Jiyumi, una estudiante aparentemente ordinaria, guarda un secreto que cambiará el destino de la humanidad. Cuando se encuentra con Kenji, un enigmático individuo cuyo pasado está envuelto en misterio...
Kenji estaba sumergido en una maraña de libros antiguos y escritos, su rostro reflejaba una mezcla de concentración y preocupación mientras devoraba cada página con avidez. Murmuraba maldiciones entre dientes, como si las palabras impresas le ofrecieran más preguntas que respuestas. Cada línea parecía sumergirlo más en un laberinto de incertidumbre, y su determinación por encontrar respuestas era evidente en su expresión tensa y sus movimientos frenéticos mientras pasaba de un texto a otro en busca de alguna pista que pudiera arrojar luz sobre el misterio que lo atormentaba.
- Kenji dejó escapar un suspiro frustrado, sintiendo cómo la impotencia lo invadía mientras los libros parecían negarse a revelar sus secretos - Maldita sea... ¿Por qué ninguno de estos libros tiene la información que necesito? - Con un gesto de desesperación, cerró uno de los voluminosos tomos y lo arrojó al suelo con fuerza, dejando que el estrépito llenara la habitación. Se recargó contra el librero, apoyando ambas manos sobre la superficie de madera, mientras su mente bullía con la urgencia de encontrar respuestas - Leeré uno ultimo y si no encuentro nada... Entonces tendré que ir a Gehena... - Murmuro para el mismo con algo de negación mientras se reponía de su pequeño arrebato y comenzaba a buscar un libro mas en su estantería.
Fue entonces que Kenji se dejó caer en uno de los sofás cercanos, buscando un respiro momentáneo de su frustración, con la determinación grabada en su rostro, se sumergió en la lectura una vez más, hoja tras hoja, en busca de alguna pista que pudiera arrojar luz sobre el enigma que lo atormentaba. El tiempo parecía dilatarse mientras sus ojos recorrían las páginas con avidez, absorbiendo cada palabra con la esperanza de encontrar la clave que tanto ansiaba, en medio del silencio de la habitación, solo el suave susurro de las hojas al pasar rompía la quietud, acompañado por el murmullo constante de sus pensamientos inquietos.
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Repentinamente la habitación quedó sumida en un repentino resplandor violeta, rompiendo la monotonía del ambiente, Kenji levantó la mirada con sorpresa cuando vio cómo un agujero de luz se abría sobre su cabeza, expandiéndose gradualmente hasta formar un portal vibrante, de su interior emergió una carta, que descendió en picado para caer justo sobre la cabeza de Kenji con un suave golpe, antes de que pudiera reaccionar, el portal se desvaneció repentinamente, dejando atrás solo el eco de su cierre estrepitoso. Intrigado y con el corazón palpitante, Kenji recogió la carta del suelo y la examinó con cautela.
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