──Hᴀsᴛᴀ Qᴜᴇ Sᴀʟɢᴀ Eʟ Sᴏʟ.

8.- Lavanda; Empezando a sanar

Veinte de agosto.

-¿Hace cuánto fue lo de tu padre, Emma? - preguntaba esa mujer de aspecto erudito.

-Hace ya casi dos meses, si no estoy mal- respondió Emma.

Hay cosas que fácilmente podemos notar si son mentira, por ejemplo, la serena expresión de Emma mientras hablaba.

Después de una larga discusión sobre su salud mental, Norman pudo convencer a Emma de ir a terapia. A lo cual ella no estuvo dispuesta al principio, pero, nadie nunca antes había notado lo que pasaba con ella.

Pero la doctora Jaqueline Bauer no era igual que todo el mundo, era una verdadera profesional.

-Escucha, entiendo, es tu primera sesión y es normal que estés nerviosa, pero por protocolo tengo que preguntarte sobre eso... Dime ¿Con quiénes sueles relacionarte? ¿Amigos? ¿Pareja...?

-Sí. Por un lado, está mi hermano mayor, Ray, no nos llevamos mucho tiempo, así que también aprendimos a ser mejores amigos. También están mis mejores amigas desde que estoy en preescolar. Sus nombres son Gilda y Anna, pero yo les digo Gills y Annie. Me han acompañado por mucho tiempo. Han estado presentes en muchas de mis etapas... También está Norman... Él es... Bueno, nosotros somos...

-Pareja, ¿cierto?

Emma asintió.

-¿Cómo es tu relación con tus amigas? Cuéntame sobre ellas.

-Bueno, Annie es dulce, tranquila e inteligente. Ella siempre nos escucha a Gills y a mí, también nos ayuda en cosas referente al estudio, consejos de organización, entre otras cosas. También le atrae el periodismo y la medicina. Gills es más libre, es alocada, divertida y siempre sigue las últimas tendencias de moda. También ama el teatro y la poesía. Ella volvió de Nueva York hace cinco días, Annie volvió ayer de Boston, estaba en un recorrido, ya está buscando una universidad. Hay universidades aquí en Maine, no entiendo por qué quiere irse a Boston. Gills no tiene que preocuparse por una beca, es más, creo que ni siquiera irá a la universidad.

-¿Por qué?

-Su madre, Clarisse, es dueña de una boutique en Florida y quiere que Gills incursione en el mundo de la moda.

-¿Y Gilda quiere eso?

-Eso creo, siempre se muestra encantada con la idea, siempre hablaba de eso, pero ahora sólo habla de su novio y de que quiere irse a vivir a Nueva York con él- Rodó los ojos.

-¿No te cae bien?

-No es eso... Es que me da mala espina, eso es todo.

-¿Por qué? ¿Lo conoces?

-No, pero...

-Emma, creo que ya sé que ocurre aquí.

-¿Qué es lo que pasa, según usted? - preguntó en tono desafiante.

-Creo que tienes miedo, eso es algo normal. Desprecias la idea de que, algún día, Gilda y Anna van a irse lejos y dejarte atrás.

-Cualquiera despreciaría esa idea.

-Pero en tu caso es diferente, ellas han estado presentes toda tu vida. Temes quedarte sola. ¿Cuántos años tienes, Emma?

-Dieciséis, casi diecisiete ¿Por qué?

-Sabes que tenías que haber venido a terapia antes ¿verdad?

-Pues mis profesores decían eso, también Isabella y
mi tío.

-¿Por qué estás aquí ahora? ¿Por qué lo haces ahora? ¿Cuál fue el motivo que te hizo venir aquí?

-Él me dijo que viniera.