21.- Operación Neverland; parte 1

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Veinte de septiembre.

Vaya, hace mucho tiempo que no nos veíamos, ¿verdad? Soy Eleanor──más conocida como Ellie──, soy la encargada de narrarles esta desafortunada historia. Pero, pueden quedarse tranquilos, me atrevería a decir que este es uno de los momentos más alegres de esta historia.

Empezando justo en este momento, a las nueve de la mañana.

Para Anna, esto parecía irreal. Después de un mes, por fin había logrado salir de ese horrible lugar. Por fin podía respirar. Y que bueno que lo hacía, pues el aroma de los desayunos tan cálidos y llenos de cariño.

No sabía si era porque en las últimas semanas su alimentación había sido a base de pan duro y agua, pero la comida le sabía jodidamente deliciosa, y eso que Norman no era el mejor cocinero del mundo.

──Esto sabe a culo, Norman──se quejaba Ray──, ¿Dónde está Lucas cuando lo necesito? ──.

──Bueno, Ray, si querías algo para comer, sal a buscarlo tú mismo y deja de alegar tanto ¿quieres? ──Ray lo miró disgustado──, perdón, es que no he sabido nada de mi padre o Lucas, estoy estresado, lo siento──.

──Norman tiene razón, Ray, no hemos sabido nada sobre ellos── agregaba Gilda, mientras traía los vasos a la mesa. Era algo lindo, hace mucho tiempo que no sacaban la vajilla linda.

Verán, Yuugo tenía una repisa en la cual guardaba toda una hermosa colección de platos, tazas y vasos. Normalmente los usaba en ocasiones especiales. Pero, cómo el trabajo solía consumirlo, Lucas los usaba a menudo. Él siempre decía "Si la familia está unida, siempre es una ocasión especial".

Luego de la supuesta muerte de Yuugo, no los sacó nunca más. Ni siquiera para el cumpleaños de Emma. Si la vajilla no hubiese pertenecido a su madre, Caroline, se habría deshecho de ella hace mucho tiempo.

Eran piezas muy hermosas. Hechas de porcelana blanca y diseños florales. Girasoles, lirios, margaritas, dientes de león, hortensias, crisantemos e, incluso sólo enredaderas verdes y desordenadas. Básicamente, tenían una jardinería entera pintada en las tazas y platos.

Cada miembro de la familia tenía un juego de ellas. Siempre que se pasaban de generación en generación. Por ejemplo, Emma tenían el juego de girasol──que antes perteneció a su abuela──.

──Buen día── saludaba una dulce chica, bajando de las escaleras.

Gilda no pudo evitar correr hacia ella. Anna era su mejor amiga, prácticamente su hermana y estar lejos de ella tanto tiempo, fue una verdadera tortura. Sobre todo, porque no sabía nada de ella.

Cuando Yuugo "murió" a ella le dolió, él era una figura muy importante en su vida. Pero, por lo menos, sabía que estaba "muerto". En cambio, Anna podría estar en cualquier parte.

Ese era uno de los pensamientos más recurrentes en la mente de Gilda.

"Todas las personas desaparecidas están en algún lugar del mundo, pero nadie sabe dónde".

Gilda nunca pudo comprender por qué la crueldad era el pan de cada día. El abuso, acoso, asesinatos, hostigamiento, marginación y tantas otras cosas que pasaban en el día a día.

Esa fue una de las cosas que le gustó a Gilda de Don. Él──a diferencia de otros chicos de su edad──, era un gran partidario de la justicia. Era una persona tan pacífica y dulce, lo contrario de su madre.

Hasta el día de hoy, ella piensa que la razón de la cual ella ansía y apoya la libertad, es por su madre. Clarisse ella representaba todas las cosas que odiaba.

──Hᴀsᴛᴀ Qᴜᴇ Sᴀʟɢᴀ Eʟ Sᴏʟ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora