13.- Passiflora; La silla vacía

73 7 119
                                    

Cuatro de septiembre.

—Ya pasaron dos semanas y no sabemos nada de Annie... Se inició un operativo, pero seguimos sin saber nada de ella. No hay ni una pista de ella, es cómo si se hubiese esfumado en el aire. Las cosas también han estado muy tensas... Ray se encerró en su habitación y no habla con nadie, Emmy está intentando hacer que salga, él simplemente no le responde. Lucas nos viene a visitar seguido, sabe que no puede dejarle todo el trabajo a ella. Las clases iniciaron hace poco, pero tuvimos que pedir permiso. Existe uno exclusivo para este tipo de situaciones— decía Gilda, mientras hablaba por teléfono con Don.

Lamento mucho oír eso, Gigi. Me gustaría poder ir a acompañarte, pero mi familia tuvo un pequeño problema.

—¿Qué pasó? ¿Están bien?

No me preguntes cómo, pero Nat, Thoma y Lanni se escabulleron y "tomaron prestado" el auto de mi tío Hubert. Están bien sólo que muy castigados. Sacando eso de tema. ¿Cómo has estado tú?

—Realmente, no sé. Estoy muy preocupada por ella. Tengo miedo, mucho miedo, pero también estoy triste, al mismo tiempo, estoy furiosa. Emmy intenta que yo me sienta bien, al igual que Lucas. Cuando se enteró, guardó la compostura. Durante este tiempo, se ha preocupado de que yo coma bien y que pueda dormir. Yo quiero ayudarla también, pero ella quiere hacer todo sola. Siempre ha sido así, nunca deja que nadie se preocupe por ella.

Vaya... Bueno, no sé exactamente qué aconsejarte, pero tú no eres una inútil. Sé que estás dando lo mejor de ti. Pienso que deberías hablar con Emma, explícale qué es lo que tú sientes, Gigi.

—Gracias, pero ese es el problema, ella no quiere escuchar.

Hazla escuchar, entonces.

—No podría hacer eso, aunque quisiera.

—Gigi, me hiciste escuchar un musical de Broadway que dura casi tres horas, sumándole que te escuché hablar sobre él durante dos más. Pero ¿Sabes por qué lo hice? Porque me encanta escucharte y te quiero muchísimo. Estoy seguro de que Emma también te quiere mucho, por eso creo que va a escucharte.

—Muchas gracias por escucharme, voy a intentar hablar con ella. Adiós.

Fue un placer hacerlo, hablamos más tarde, te quiero.

Cuando la llamada finalizó, Gilda se dirigió a la habitación que compartía con Emma. Quería hablarle de sus preocupaciones, pero en el momento en que la vió, supo que no era momento para hablarle. Se estaba alistando, parecía ir de salida.

—¿A dónde vas, Emmy? — le preguntaba ella.

—Voy a ir a clases... Intentaré ver cómo está la situación allá, no podemos perder muchas clases, sobre todo este año. ¿Quieres venir conmigo?

La expresión de Gilda era capaz de demostrar muchas emociones, entre esas, el miedo.

—No tienes que venir si no quieres, Gills.

—Gracias por entenderlo...

—Voy saliendo, les aviso cualquier cosa ¿sí?

Gilda asintió.

{ °. * °}

Emma caminaba por las calles de Winston Valley, pero no era el mismo sentimiento de hace unas semanas.

La última vez que pasó por ahí, no estaba sola. La Plaza Central estaba muy cerca de la escuela, por lo cual hace unos años, se pasaban el día ahí, claro, cuando Yuugo lo permitía.

En los últimos días, habían vuelto a sus viejas costumbres, se reunían en la plaza y jugaban en los juegos.

Ahora todo parecía un simple sueño... Lo que había vuelto a su vida, se había ido, de nuevo... Y lo que tenía desde antes, le había sido arrebatado. Tendrá que acostumbrarse a su nueva realidad.

──Hᴀsᴛᴀ Qᴜᴇ Sᴀʟɢᴀ Eʟ Sᴏʟ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora