✰CAPÍTULO 4: EL ALMUERZO.

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SHAYLA

-Tiene una reunión dentro de un rato con sus socios-me acomodo un mechón de cabello detrás de la oreja.

-¿Naciste aquí?-su pregunta me toma por sorpresa.

-Sí, nací aquí.

-¿Entonces por qué nunca en mi vida te había visto?-me mira extrañado.

-¿Me ve cara de adivina?

Su expresión cambia.

-De adivina no, pero de divina sí-al decir eso mis mejillas se sonrojan.

¿Ha dicho qué soy divina?

Sí, lo hizo

-Créame que si fuera adivina ya supiera el porque siempre tiene una cara de culo al llegar a la empresa.

-¿Te importa?

-No, solo tengo curiosidad-agarro la tableta.

La oficina se queda en un silencio tenso, camino hacia la puerta con intención de irme pero su voz me detiene.

-No hay razón.

-¿Eh?-lo miro sin entender lo que ha dicho.

-No hay razón para que siempre esté así.

-Debería sonreír más para que no se ponga viejo tan rápido-noto que intenta ocultar una sonrisa pero falla horriblemente.

En eso las puertas se abren y entra una chica con un vestido muy llamativo haciendo que haga una mueca; es un poco más alta, piel morena con unos ojos cafés, cabello rubio y unas caderas tan marcadas y solo con verla tengo el presentimiento de que es demasiado plástica para mí gusto, literalmente.

-Mi amor-ella lo besa y lo peor del caso es que el le corresponde con muchas ganas sin importarle que yo esté mirándolos.

Maldito

Salgo de la oficina asqueada por la situación y también con un malestar raro en el estómago, como si lo tuviera revuelto y pesado.

¿Estoy celosa?

Por supuesto, querida

Lisa aparece mirándome extrañada por la cara que tengo.

-¿Has visto a un muerto?

-Eh no ¿Por qué?-carraspeo ya que mi voz está muy ronca para mí mala suerte.

-Tienes una cara de horror como si hubieras visto a un fantasma-sigue mirándome extrañada pero cuando la rubia sale de la oficina de Viktor de inmediato entiende.

-Hola Lisa-la saluda ella.

-Vaya, pero si es Sasha la perra-se miran entre ellas con un profundo odio-¿Terminaste de follar con Viktor?

Me atraganto con saliva.

¿Follaron?

-En realidad hice otra cosa-se lame los labios y capto al instante la indirecta.

Perra

-Adiós querida-antes de irse me mira de una manera que se, que no le agrade para nada.

-Iré hacer unas cosas, adiós Shayla-me sonríe y se va dejándome con el estómago más revuelto.

Solo olvídalo, tampoco es como si me importara.

Sí, te importa

Niego con la cabeza y sigo arreglando unos documentos porque debo olvidarme de mi jefe amargado.

Fuego Ardiente (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora