✰CAPÍTULO 13: ¿AH, EN SERIO?.

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SHAYLA

Escucho una alarma a lo que suelto una queja mientras al mismo tiempo me cubro la cara con mi brazo para que la luz no me pegue directamente en la cara.

—Vaya, no pensé que fueras tan amargada en las mañanas.

Me tenso.

A mi mente vienen todos los recuerdo de lo que pasó anoche con... Viktor.

Me acosté con mi jefe

Mierda

Lentamente abro los ojos encontrándome a un Viktor despeinado, tiene una sonrisita de lado mirándome con esos ojos verdes tan oscuros como el mar.

—Hola a ti también, cielo de nubes grises—me besa la mejilla y yo me sonrojo.

¿Por qué me habla en italiano?

—¿Qué quieres decir?

—¿Decir de qué?—me mira divertido.

—Dijiste una frase en italiano ¿Qué quisiste decir?

Me mira detalladamente y después de unos minutos sonríe de lado.

—Mi idioma, mi secreto—se levanta de la cama estirándose.

—No seas tan injusto—me cruzo de brazos haciendo un puchero.

Sonríe de lado mirándome.

—Y eso que no has visto nada, mi amor—lo miro extrañada por haber dicho la última frase en italiano.

—Voy hacer como que entendí lo que has dicho—el suelta una risa.

—Algún día te enseñaré italiano, ya verás—se acerca a mi lentamente causando que mi corazón se acelere, acuna mi rostro y me da un beso castro.

Díos

No quiero enamorarme pero con ese hombre siendo cariñoso dudo que pueda evitarlo.

—Por cierto, le dije a Rafael que te comprará unas cosas por quedarte aquí. Están en el armario y la ducha es por la derecha—sale de la habitación impidiendo que lo regañe.

Hombre terco

Después de un rato salgo del baño envuelta en una toalla. Al abrir el armario me encuentro con unos vestidos que supongo que son caros, ni hablar de los tacones tan altos y de verdad no me gustaría rechazar su regalo pero es mucho para mí.

Suspiró profundamente.

Hay tantos vestidos que no sé cual escoger hasta que al final termino por escoger un vestido gris que me queda arriba de las rodillas con un descote en medio de mis pechos, unos tacones negros no tan altos y por último me arreglo el cabello aunque me lo dejo suelto.

—Ese vestido será mi favorito desde hoy.

Su voz me sobresalta. Está recostado de la pared con sus manos en los bolsillos de su pantalón y con esa mirada puesta en mi detalladamente.

Tiene puesta una camisa una blanca que le queda demasiado bien, una chaqueta a juego con mi vestido, un pantalón vaquero gris, unos zapatos negros y por último ese cabello negro está tan despeinado como si se hubiera pasado sus manos por ahí muchísimas veces.

Está demasiado bueno

—No tenías que comprarme nada, Viktor.

—Igual quise hacerlo Shayla—me mira.

La habitación se queda en un silencio tenso pero a la vez era cómodo.

—¿Quieres desayunar?

Su pregunta me toma por sorpresa.

Fuego Ardiente (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora