✰CAPÍTULO 20: EL PROTOTIPO PERFECTO.

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VIKTOR

Una luz molesta pega en mis ojos causando que me remueva no tan fuerte y abra los ojos lentamente encontrándome una Shayla recostada en mi hombro con un rostro sereno de lo profundo que duerme, el cabello despeinado pero aún así no dejaba de ser preciosa y una de sus manos esta en mi pecho como si deseara sentir ese corazón que late por su cercanía. Acaricio su mejilla suavemente observando detenidamente su rostro y esas pestañas que adornan sus ojos.

-¿Está interesante la vista, señor Ferreti?

A pesar de escuchar su voz no me sobresalto ni me sorprendo, sonrió de lado ignorando el hecho de que me ha pillado observándola como un tonto.

-Ni te imaginas.

Suelta una risa abriendo los ojos dejándome ver ese color gris tan peculiar, toda vez que los miraba me quedaba hipnotizado y me era imposible apartar la mirada o dejar de verlos.

-¿Dormiste bien, señor?

¿Por qué cuando me dice así causa algo en mí?

-Algo así-analizó sus facciones-¿Te sientes mejor?

Se tensa con solo escuchar la pregunta.

-Supongo que estoy bien.

-Mmmm, ¿Por qué razón será qué no le creo nada señorita?-enarco una ceja serio.

-Te vas a poner más viejo de lo que ya eres si continuas arrugando la cara cada vez que no creas alguna cosa o te desagrade, señor.

Descarada

-Seguramente aunque me vuelva más viejo estaré buenísimo.

-Eso es lo más probable, no lo dudes-murmura detallando con los ojos casa facción de mi rostro.

Su cuerpo estaba relajado en mis brazos pero sabía que su mente no estaba para nada igual con la noticia reciente-si pudiera encerrarla en una cajita de cristal para que nadie le hiciera daño ya lo hubiera hecho probablemente.-La verdad era que en algún momento deberá enfrentar el problema sin embargo mientras eso no pasé no la haría sentir incómoda como hacía con los demás para alejarlos, el tiempo que estuviera conmigo estaría tranquila y protegida con mis hombres.

-Iré a un viaje de negocios.

-¿Ah, sí?

-Si, Rafael vendrá por mi protección-intento ser suave acariciando su cabello, no estaba acostumbrado hacer eso con nadie solo ella

lograba que hiciera cosas que no me gustaban para nada y eso era increíble-y tú vendrás porque yo lo decreto.

Se ríe.

-¿No deberías preguntarlo primero?

Niego con la cabeza.

-No tengo la necesidad de hacerlo, se tu respuesta sin preguntarlo.

-Es bueno que sepas cada respuesta que vaya a darte-suelta un suspiro tembloroso.

Cada día que pasaba me sorprendida la manera en como lograba que hiciera cosas sin siquiera pedírmelo de manera que parecía que fuera su exclavo pero ella no lo notaba, todos los de mi alrededor sabían que mi cama era sagrada, ninguna mujer había podido dormir en ella y si alguien me hubiera dicho que una chica de ojos grises rompería esa regla me hubiera reído sin parar. Con ella todo pasaba sin pensarlo o analizarlo.

Tampoco me molestaba en lo absoluto

No tengo idea que cuantos minutos o horas pasaron-lo único que si sabía era que estaba bastante cómodo con ella recostada en mi pecho dejando que le acariciará el cabello produciendo que esa paz floreciera en mi cuerpo como casi siempre que estaba con ella.-Pero esa burbuja se rompe en el momento en que Rafael llama avisándome que debía levantarme para el viaje. Termino de arreglarme la corbata y voy a la cocina donde estaba la dueña de mis hermosas pesadillas usando una camisa mangas largas blanca que tenía unas margaritas en las esquinas, una falda de tubo marrón con unos tacones negros y ese cabello oscuro era más notable que nunca al estar suelto.

Fuego Ardiente (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora