✰CAPÍTULO 12: ARDIENTE.

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SHAYLA

—¿Ahora sí me crees qué estoy más loco de lo qué crees?—me mira fijamente.

—Sí, ahora sí.

Se ríe de nuevo.

Enredo mis brazos en su cuello haciendo que me mire de golpe por hacer esa acción que el no se esperaba para nada. No sé de donde saco valentía pero enredo mis manos en su cabello tan sedoso y estampó nuestros labios en un beso fogoso lleno de deseo mientras el me sigue el beso con más fuerza.

Me estampa contra el estante de libros sin dejar de besarme, sube sus manos lentamente por mis piernas a lo que mi piel de inmediato se eriza. Deja un camino de besos desde mi boca hasta mi cuello en el cual me da un beso y me hace una pequeña mordida, sube a mi boca de nuevo pero después se aleja de golpe haciendo que lo mire confundida.

Sonríe de lado al notar mi mirada.

Lentamente se desabotona la camisa bajo mi atenta mirada que nunca se despega de sus ojos, la camisa cae en el suelo dejando ver un pecho muy formado ocasionando que mis mejillas se pongan rojas, durante ese tiempo el se acerca de nuevo a mi pero lentamente como si estuviera cazando una presa. Me jala del brazo y de la nada me toma de la cintura, me sienta en una mesa en la cual hay varios libros y sin importarle los tira en el suelo haciendo un sonido seco al caer. Me besa de nuevo pero más ardiente y con más deseo, enredo mis piernas en su cadera y al hacer eso el bulto de su pantalón se roza con mi entrepierna.

—Joder...—su voz está demasiado ronca y sus labios están tan rojos, posa su mirada en mi—¿Sabes qué? Luego te comeré completa pero por los momentos...

Desliza sus manos hacia adentro de mi vestido, toma mi braga y la rompe de un solo golpe sin importarle la mirada que le doy.

—Después te compro otras—me besa de nuevo recostandome lentamente en la mesa sin dejar de besarme, su mano sube por mi pierna lentamente hasta llegar a mi vientre dónde se aleja para mirarme fijamente como si me estuviera pidiendo permiso.

Mierda

No pensará hacer eso... ¿O sí?... No, claro que no debe ser eso, talvez solo....

Mis pensamientos se rompen en fragmentos cuando introduce en mi entrada un dedo de un solo golpe causando que mis ojos se pongan en blanco del placer que estoy sintiendo, lo jalo del cabello mientras tanto el mueve su dedo más rápido pero me vuelve un charco de sensaciones cuando añade otro dedo sin previo aviso.

—Dios...—sonríe de lado al escuchar eso.

—Dios no, Viktor Ferreti es el que te está metiendo los dedos, cielo de nubes grises—aún con sus dedos adentro me mojo más si eso es posible.

¿Qué mierda quiso decir?

Mueve sus dedos mucho más rápido haciendo que suelte un gemido perdida por ese hombre de ojos verdes como el color de la naturaleza, baja mis tirantes dejando mis pechos a la vista y sus ojos brillan al verlos. Mete uno de mis pechos a su boca entre tanto con su otra mano masajea muy fuerte mi otro pecho, no sé ni a donde mirar del placer que estoy sintiendo pero lo único que hago es mirar esos ojos verdes que están muy oscuros que ni parecen verdes sino azules. Empuja una vez más con más fuerza sus dedos y solo con eso llego con gran fuerza al orgasmo dejándome cansada.

Dios, voy a morir hoy ¿Verdad?

Estoy tan centrada en mis pensamientos que no noto cuando se baja el pantalón, ni mucho menos noto cuando se baja el boxer. Me jala de las piernas haciendo que reaccioné y lo mire de golpe sin embargo el solo sonríe de lado mirándome detalladamente, al mirar su miembro trago saliva ya que es demasiado grueso y... Grande.

Fuego Ardiente (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora