✰CAPÍTULO 14: ¿QUIERES QUÉ NOS CASEMOS?

16 2 0
                                    

VIKTOR

—Y por último...—Shayla me está explicando detalladamente las reuniones que tengo pero honestamente lo menos que hago es prestarle atención a cada palabra que dice. Desde que follamos en mi casa mi mente no deja de imaginarla a ella en todas las posiciones que existan en mi oficina.

Se supone que solo era una atracción.

Exacto, era

—¿Me está escuchando, señor Ferreti?

No

Su voz hace que mis pensamientos se borren y mi mirada se pose únicamente y solamente para ella.

—Si, claro—miento.

Ella entrecierra los ojos.

—Las mentiras no funcionan conmigo, señor.

Sí, eso ya lo he notado

—Solo estoy distraído, no me hagas caso—le resto importancia al tema.

—¿Seguro qué no es importante?—conecta su mirada con la mía.

¿Eso qué escucho en su voz es preocupación o solo quiere saber sobre el tema?

—¿Estás preocupada por mi?—enarco una ceja divertido.

—¿Yo? No, claro que no. Solo quiero saber que lo tiene tan distraído—sus mejillas se ponen rojas.

Están linda cuando miente

—Estaba pensando en algo que está en mi mente desde hace unos días—osea tú.

—Tiene que ser muy insistente ese “algo” como para estar tan distraído—suelta una risita nerviosa.

Te veo todos los malditos días, es obvio que vas a estar en mi mente y lo peor del caso es que tu cercanía me gusta por alguna razón que yo aún no la sé.

Acepta que es algo más que un simple polvo

—¿Por qué no me dijiste que habías hablado con mi madre?—se cruza de brazos con una mirada que me advierte que está enojada.

Mierda

—No pensé que te iba a importar mucho—la miro.

—Pues déjame decirte que te has equivocado—se cruza de brazos.

Por primera vez en toda mi vida aparto la mirada.

—Cambiando de tema...—suelta un suspiro—mi madre quiere que vayas el sábado a cenar.

La miro de golpe.

¿Quiere verme mi suegra?

Suegra no.

—¿Ah sí?

—Sí, le has caído bien entonces por alguna razón que yo no sé quiere conocerte—desvía la mirada con las mejillas rojas.

Apoyo la cabeza en el respaldar de la silla sin apartar mi mirada de ella.

Hubo una vez que los padres de Sasha querían conocerme ya que ella les había hablado de mi pero me negué a ir porque no tenía que hacerlo. Sasha duro un largo tiempo enojada conmigo por ese tema pero después olvidó el tema y volvió a mi cama—como todas—pero ahora que Shayla me nombra ese tema no quiero negarle porque no quiero herirla y menos que sus padres me odien, quien sabe y en un futuro me caso con ella y sus padres me odien solo por negarle la cena.

No, eso no.

Mis suegros deben amarme

Suelto un suspiro.

Fuego Ardiente (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora