ricky martin

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Desde que Ricky había entrado el grupo, ha estado enamorado de una de las maquilladoras del equipo, Cecilia, la más jóven de todas, que con 15 años, su madre, quien era amiga de Edgardo, la recomendó para aquel trabajo, y para su suerte, quedó en el.

Ricky tenía 12 años al entrar al grupo, es decir, ella era 3 años mayor que él, pero eso no fue impedimento para que el chiquito intentará coquetear con ella cada que podía. Ella lo tomaba como un juego y le parecía tierno lo que él intentaba hacer, pero al poco tiempo después, el chico fue creciendo de manera descontrolada

- ¿Cuando me vas a dar una oportunidad, chica? -pregunta él mientras la mira indecisa por no saber que brocha usar.

- No empieces -regaño ella sin mirarlo, tomo una de la brochas para difuminar el rubor- Alza la cara -

Él le obedeció con una sonrisa.
Actualmente se encontraban en Venezuela, dando la gira de despedida de Ricky ya que hace unos meses había cumplido la mayoría de edad. Ella lo estaba arreglando para un programa de televisión.

La mirada de la chica volvió a la mesa para buscar el bálsamo de labios.

- Ya no soy un niño, ¿lo sabes, no? -le dijo él buscando nuevamente su mirada.

Ella lo miró con el ceño fruncido, se dió la vuelta para percatarse que nadie estuviera en el camerino antes de hablar.

- ¿Por qué eres tan terco? -

- Una oportunidad, ¿sí? -insistió Ricky mientras la tomaba de la manos- Se que sabes que solo tengo ojos para tí, Cecy -

La castaña ladea la cabeza hacía su derecha dedicándole una ligera mirada de ternura por aquellas confesiones, confesiones sinceras y que se sentían llenas de amor

- Quieres que me fijé en otras chicas pero ninguna chica me mira como lo haces tú -dice Ricky mientras sus mejillas se ruborizan

Cecy lo toma del cuello y se acerca lentamente, él chico siente sus manos sudar y la da vergüenza tomarla de las mejillas o algún otro lugar para acercarla más. La distancia entre los dos es casi nula, sus labios rozan y las respiraciones se vuelven pesadas.

- ¡Ricky! -la puerta del camerino se abre por complemento y hace que la parejita se separé al instante- Salimos en 10 minutos. -dijo Sergio mientras caminaba hacía él

El nombrado se levantó de la silla y arregló su cabello frente al espejo.

- ¿Ya estoy? -le pregunto a la chica, quien estaba roja por lo avergonzada que sentía por la situación.

Ella solo asintió mientras ponía sus manos en su boca para disimular delante del otro integrante.

- Tu siempre te ves bien, vámonos. -lo apuró el pelinegro

- Adiós -se despidió la castaña de ambos chicos.

Él mayor le regaló una sonrisa cómplice antes de desaparecer por aquella puerta mientras daba saltos como un niño.



























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