Besé numerables y lentamente las mejillas de mi chico mientras él soltaba una que otra risa por las cosquillas que le daba al yo estar tan cerca de su cuello. Me separé con un sonrisa para mirar su rostro, él me miro en compañía de sus labios fruncidos y un lindo brillo en sus ojos.
- ¿No tenías que irte hace 10 minutos? -pregunte al verlo aproximarse a mi cuello para dejar un par de besos más.
- ¿A dónde? -pregunto atontado, concentrado en dejar marcas en mi cuello.
- A tu casa, con los chicos y Edgardo -respondí con dificultad con mi mano paseando débilmente por su pecho
Lo sentí tensarse, se separó lentamente y con el semblante serio, lade mi cabeza con confusión al sentir sus manos en mis caderas para hacerme a un lado de la cama, la habitación quedó en silencio mientras el se movió hasta el borde para ponerse sus zapatos.
- ¿Dije algo malo? -pregunte acercandome a él tocando su espalda, nego a regañadientes- ¿Entonces? -
Pase mis manos por sus hombros haciendo ligeros masajes en ellos, bajé despacio para hacer aquellos movimientos por toda su espalda pero soltó un quejido de dolor, se levantó de golpe y yo me alejé por la impresión.
- Robert... -
- No es nada. -aseguró tomando su chaqueta y dando pasos rápidos hacia la salida de mi habitación, salté de la cama para detenerlo
- Quítate la camisa, ahora. -ordené, empujándolo nuevamente a la cama
- En serio, no es la gran cosa -repitió quitandosela con cara de niño regañado
Ya sin ella, se levantó de la cama y se dio la vuelta para darme vista al gran moretón que tenía en la parte baja de su espalda.
- Rob, ¿qué carajos? ¿qué le sucede a ese cabrón? —
- La otra semana va a haber una reunión con los padres y esto ya va a parar, ¿okey? Te lo prometo -dijo colocando sus manos en mis mejillas- No te preocupes, linda -
- ¿Has hablado con Sergio y Rubén sobre eso? -cuestioné, rodé los ojos cuando lo nego
Conocí a Robert porque era muy cercana al grupo desde la entrada de Rubén, mi padre es él creador y compositor de algunas de sus canciones, razón por la cuál viajaba junto a ellos y estaba presente en todas sus presentaciones, al ser hija única, Edgardo le permitió a mi padre viajar junto a mi con tal de que me portara bien, no se en qué momento me empezo a resultar divertido viajar con ellos tambien al punto de que empecé a recibir tutorías junto a ellos.
La salida de Sergio y Rubén fue un golpe bajo para todos, sobre todos para los chicos y para mí, tanto que cuando vi que las intenciones de Edgardo era darles la espalda a los dos peleé con él a tal punto que me prohibió viajar y estar cerca de ellos de nuevo.
Para estos, Robert y yo ya teníamos una especie de relación, por lo que supimos que sería difícil para ambos, así que, decidimos formalizar. Pero desde entonces, cada vez que veía a mi novio o alguno de los otros chicos, estaban llenos de moretones por todo el cuerpo, sobre todo la espalda.
- ¿Y cuándo lo harás? ¿Cuando ese bastardo te dejé en una cama de hospital? -
- Nena... lo haré, mañana los llamo y les cuento, ¿sí? -afirmó, sentándose nuevamente en la cama y haciéndome subir otra vez en su regazo- Estate tranquila. -
Beso mi frente y posteriormente mis labios.
- Quisiera que durmieras aquí -deseé en voz baja
- Yo también quisiera quedarme -hablo de la misma forma- Pero ya sabes como se pone Edgardo, y ahorita más porque no te quiere ver ni en pintura -dijo levantándose de nuevo.
Se despidió con un beso sencillo y corrió fuera de mu habitación, me tiré a la cama feliz por las mariposas en mi estómago y a la vez preocupada por la situación. Solo esperaba que se resolviera todo.
ESTÁS LEYENDO
menudo boys one shots
Fanfiction💌 pequeñas historias de los menudos no se permiten copias ni adaptaciones.