¹² ᴛᴇ́ ᴅᴇ ᴘɪɴ̃ᴀ ☕︎︎

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“Para que no entre nada, ni la respiración”

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“Para que no entre nada, ni la respiración”

ʚ ᴛ ᴇ   ᴅ ᴇ   ᴘ ɪ ɴ̃ ᴀ ɞ

Del otro lado de la ciudad estaba el moreno sentado al borde de un edificio.

Que atmósfera tan pesada... Siempre pasa algo interesante en días como éstos – a su lado izquierdo estaban parados sus principales subordinados, todos en silencio escuchando lo que su líder diría – y justo viniste a visitarme... Kisaki.

Izana se levantó de donde estaba sentado, pero igualmente le daba la espalda al rubio – hay algo de turbulencia, ¿Estás de acuerdo conmigo? – borró la sonrisa que tenía y lo miró con seriedad – Dime porque te quieres unir a nosotros.

Digámoslo así, estoy en busca de mi venganza – ante sus palabras el de orbes violeta sonrió.

Cuando ellos se retiraron Izana miró algo serio a sus secuaces.

¿Alguna noticia de los hijos de puta que seguían a mi novia? – al ver que todos negaron el solo fruncio el ceño – que inútiles, sigan buscando, no quiero que descansen hasta que los encuentren.

¡Si señor! – hicieron una reverencia y tras una señal de su líder se fueron del lugar exceptuando al trío Haitani.

¿Qué harás ahora? – le preguntó Rue mientras este revisaba su teléfono.

Iré a ver a Amarilis, su madre me invitó a cenar – al oír esas palabras los hermanos sabían que claramente la cena sería hecha por el padre de la pelinegra ya que su madre era... Un poco torpe para la cocina.

Perfecto, vamos contigo – y así los tres se incluyeron en un plan en el que explícitamente ellos no estaban incluídos.

Por su parte la ojiroja estaba de lo más tranquila en su habitación leyendo un manhwa, Izana llegaría en unos minutos pues vendría a cenar con su familia, pero como se arregló temprano decidió matar el tiempo leyendo.

Luego salió de su habitación por un vaso de agua y vió como el teléfono de casa sonó y su hermana menor contestó.

¡Ah, Hola Anya! ¡Salí de compras y estoy muy cerca de tu casa! ¿¡Está bien si voy a visitarte¡? ¿¡Qué si puedo!? ¡Ay gracias ya casi llego! – Becky colgó y la ojiverde parecía que se le reinició la vida pues se quedó aturdida un pequeño rato.

Amarilis dejó su vaso en la mesa y fue hasta su hermana.

¡Listo, ya estoy aquí Anya! – la niña abrió la puerta y su guardaespaldas venía detrás de ella – ¡¿Estás sola?! ¡¿Hay alguien en casa!? – preguntó y vió por todos lados hasta que vió a la hermana mayor de su amiga.

La pelinegra llevaba el pelo recogido en una coleta alta con dos mechones de pelo en su rostro, tenía puesta una blusa negra de manga corta y unos pantalones cargo.

ᴛᴇ́ ᴅᴇ ᴘɪɴ̃ᴀ [ ɪᴢᴀɴᴀ ᴋᴜʀᴏᴋᴀᴡᴀ x ғᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora