Capitulo 14

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- El salón esta quedando hermoso hija, Martha, Gabriela y yo hicimos un excelente trabajo - Habla mamá entusiasmada.

Yo tomo mí jugo de naranja con placer ya que es diciembre y está haciendo mucho calor, no sé por qué pero me voy a asar.

Mañana es la boda, me voy a la casa de mí mamá ya que los novios no pueden verse un día antes de la boda por qué es de mala suerte.

Respecto a Santiago hemos convivido más, a veces le hago tortas o postres y se nota que le gusta ese tipo de atención pero se hace el duro. Hemos agarrado más confianza y no, no hemos tenido nada de sexo, ganas no me faltan pero el insiste en que no debo tener ningún tipo de actividad por el bebé.

Mi embarazo va bien ya son seis semanas, que vendrían siendo un mes y dos semanas.

Ya mí mamá se encarga de organizar todo lo de la iglesia, ella misma se ofreció a hacer todo por qué dice que es mucho estres para mi estado.

- El vestido ya lo dejaron en casa y está hermoso, lo mandé una talla más grande cualquier cosa se puede ajustar - Le digo a mí mamá y me ve con una sonrisa.

-¿ Cómo van las cosas con Santiago?

- Bien, hemos hablado más y todas esas cosas.

- Me parece bien que empiezen a hablar así no será tan incómodo después de la boda - entramos al auto para irnos a casa.

Al llegar papá está en la puerta de la casa viendome con una sonrisa.

- ¿Está feliz?

- Va todo bien con la empresa y debido a tú matrimonio somos el bom de new York.

Me parece bien que esté feliz por eso, aunque no haya Sido en otras circunstancias.

- ¿Como estás pequeña? - Me da un cálido abrazo y un beso en la frente.

- Muy bien. ¿Y tu?

- Bien.

Después de charlar un rato en la sala me voy a mi habitación a descansar un rato ya que más tarde vienen los estilistas para prepararme para mañana.

Me recuesto un rato y marco el número de Gabriela.

- ¡Melyyy! - Me separó un poco del teléfono por el grito que pego.

-¿Cómo estás?

- Super bien, llegó mañana para allá ni creas que no voy a ayudarte a elegir todo lo que te van a hacer.

- Pensé que no lo dirías, tengo muchas cosas que contarte. Te espero.

Hablamos de varias cosas y me cuentas que ha conocido a un chico el cual traerá para la boda.

Cuando pongo el teléfono en la mesita suena y me apresuro a contestar.

- Hola

- Hola

- ¿Como estás?

- Bien, llegamos hace rato. Perdón por no avisarte.

- No te preocupes, solo era para saber cómo estabas.

- Ah okey, bueno.

- Te llamo más tarde.

Santiago tranca la llamada. Que raro es este tipo.

Me apresuró a bajar las escaleras. Y ya empiezan arreglarme para mañana.



Mi amor prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora