Capítulo 1: EL ACUSADO

1.2K 75 30
                                    

ADVERTENCIA:

La maldad humana no siempre es consecuencia de un acto voluntario de hacer daño, sino también de la inacción, del prejuicio o del miedo. Este fic intenta reflejar eso. Nació un día de agosto, de una insoportable necesidad de catarsis y lo mantuve en las tinieblas de mi mente por meses, pese a sus intentos de escapar y transformarse en palabras. No lo he podido retener por más tiempo. Ya saben a qué atenerse.

***

"El infierno está vacío y todos los demonios están aquí"

LA TEMPESTAD, William Shakespeare


La venganza suele estar disfrazada de justicia.

O a esa conclusión había llegado Hermione a medida que los juicios avanzaban y más aliados de Voldemort recibían condenas que no siempre merecían.

Habían transcurrido tres años desde que Kingsley Shacklebolt asumiera como Ministro de Magia y pusiera esfuerzos en reconstruir lo que cinco años de guerra habían destrozado.

Muchos lo criticaron por postergar los juicios con excusas cada vez menos convincentes, por su evidente deseo de implementar una política de reconciliación. Creía que el tiempo permitiría reducir el odio.

Pero tres años no fueron suficientes, porque el mundo mágico no estaba dispuesto a perdonar.

"Hagan entrar al acusado", retumbó la voz de Jeremías Smooth, envuelto en su túnica color púrpura con hilos de plata. Era alto, delgado, con notorias canas a cada lado de su cabello impecablemente peinado al estilo muggle, que daba cuenta de su origen. Hermione se preguntó si tener hijos de muggles juzgando a Mortífagos, sería otro modo de asegurar la parcialidad del veredicto.

Había otros treinta como él y a medida que examinaba sus rostros iba reconociendo a pocos de ellos. Sus estudios de Medimagia la mantenían lo suficientemente alejada del Ministerio y sus políticas de escarmiento, muy a pesar de Kingsley, quien había intentado manifiestamente convencerla de tomar el cargo que le ofrecían "en reconocimiento a su heroísmo".

El pobre Ministro no tenía cómo saber que había sido precisamente esa frase en su discurso lo que la obligó a rechazar la oferta. No quería un trato especial. No cuando tantos habían perdido la vida en la misma guerra que ella sobrevivió, y jamás tendrían ningún reconocimiento por ello.

Aún así, no tomó a mal el entusiasmo de Ron al ingresar a la academia de Aurores sin siquiera haber terminado Hogwarts o poseer habilidades académicas especiales. Ron siempre había necesitado algo de ayuda, aunque en algún momento su amistad, y luego su enamoramiento, le habían impedido admitirlo. Fue el deterioro progresivo que se produjo en ambas relaciones el que acabó por quitarle la venda de los ojos.

Harry también había ganado un pase directo a la escuela de Aurores, pero a diferencia de Ron, el Elegido sí tenía cualidades excepcionales, que le permitieron prontamente brillar con luz propia. Y a medida que Harry ascendía, su relación con el pelirrojo terminaba por romperse.

Nunca hubo una pelea que lo explicitara, ni tampoco un momento específico. No existía animosidad entre ellos realmente. Sin embargo, el trío se fue transformando progresivamente en dos mejores amigos y Ron Weasley.

Y esa separación fue el motivo por el cual ella, que había intentado mantenerse alejada de aquella "oda al desquite", como Ginny lo llamaba, estuviera ahí, junto a Harry, buscando cumplir una promesa hecha por su amigo a la madre del acusado.

"¿Estás segura de que quieres hacer esto?", oyó a Harry preguntarle en un susurro. Sentado junto a ella y apretando su mano en un gesto que podía interpretarse tanto como agradecimiento como disculpa. En sus ojos verdes se podía advertir su férrea determinación de ir en contra del consejo de todos y tomar la defensa del hombre que sería juzgado ese día. Ron, a pocos metros de ellos y sirviendo como testigo de la parte acusadora, no había podido entender sus motivos. Pero Hermione sí. Y lo admiraba aún más por ello.

MORTÍFAGO (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora