Capítulo 24: RECUERDOS. PARTE XVII

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AVISO IMPORTANTE: Capítulo largo. Tener a mano café, mate o galletas (o todas juntas, jeje). Y buscar un asiento cómodo y ojalá en silencio.

"Y besa mis labios, mientras tomo la manzana de su mano. Pero al morderla, mi cerebro giró y mis pies tropezaron; y sentí mi caída estrepitosa entre las ramas enredadas bajo los pies de ella, y vi los rostros blancos y sin vida que me daban la bienvenida en el abismo."

-EL FOSO DEL HUERTO, Dante Gabriel Rossetti

Sentado del lado opuesto de la mesa y frente a ella, los ojos de Blaise Zabini nunca le habían parecido tan oscuros como entonces.

"¿Y bien?", le preguntó, con una ceja alzada en señal de impaciencia. "¿Alguien me va a explicar por qué Draco llegó cubierto de sangre, con casi dos días de retraso, y arrastrándolos a ustedes?"

Ron, sentado en el puesto más alejado, giró su rostro aparentando molestia, pero en realidad, Hermione sabía que compartía con ella el deseo de querer desaparecer, por la misma razón por la que, a gusto o no, había obedecido la instrucción de Draco de mantenerse en silencio mientras lo seguían a través de sinuosos pasillos de piedra.

No fue hasta que llegaron a un muro sin salida que ella misma pensó que el rubio había errado el camino, pero tres golpes de la varita de Carrow, seguido del empuje de su mano, fueron suficiente para descubrir ante ellos un pasadizo oscuro, por el cual transitaron al menos media hora, antes de llegar a la puerta donde los recibió un asombrado Blaise Zabini.

Si bien el moreno intentó evitar hablar con ellos, el estado de Draco, así como su renuencia a responder cualquier pregunta, antes de caminar directo a lo que parecía su cuarto designado, dejó a Zabini sin más alternativa que dirigir sus preguntas a Luna.

La rubia lo puso rápidamente al tanto de que los planes no salieron como esperaban, que no lograba contactar a Theodore del otro lado del espejo, y que agradecería enormemente si pudiera disponer de una ducha.

Y eso dejó a Zabini, con su varita bien apretada entre los dedos, buscando respuestas en Hermione.

"Podrías comenzar por explicarme por qué no están Lovegood y tú de regreso con su bendita Orden, o qué hace Weasley aquí", siguió el moreno, notando claramente cómo el pelirrojo se replegaba aún más sobre su silla.

"Ron venía por nosotros junto a Tonks", susurró Hermione, considerando poco prudente entrar en detalles ante un ex slytherin con varita. "Los mortífagos nos atacaron antes de poder escapar. La mataron y nos llevaron prisioneros a la Mansión Malfoy".

Zabini entrecerró los ojos, como si intentara asimilar sus palabras.

"¿Y Theo?"

"Detuvo a su padre para que huyéramos".

"Lo que claramente no resultó", agregó el joven, asintiendo casi imperceptiblemente con la cabeza. "Eso explica que no se haya comunicado por el espejo". Hizo una pausa, frunciendo nuevamente el entrecejo.

"Draco...", se detuvo, ante la instantánea apertura de los ojos del moreno, lo que la hizo tomar consciencia de que acababa de llamarlo por su nombre. "Draco no pudo ayudarlo, pero piensa que su padre lo mantendrá con vida".

"Si", asintió Blaise, con amargura. "Con vida". Su mirada viajó a Ron y luego de regreso a ella. "Y, ¿cómo lograron escapar?"

Hermione mordió sus labios, tomándose unos largos segundos antes de elaborar su respuesta.

"Draco tenía un cuchillo. Y Alecto Carrow...", se detuvo.

Zabini frunció los labios y estrechó la mirada.

MORTÍFAGO (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora